miércoles, diciembre 13

Las mentiras que se cuentan sobre Hugo Chávez

Por Johann Hari (j.hari@ independent.co.uk)
Durante su presidencia el PIB del sector privado venezolano se ha incrementadoPublicado el 11 de diciembre de 2006-12-13 en The IndependentDespués de la una aplastante victoria llega una avalancha de mentiras. La semana pasada Hugo Chávez fue reelecto como presidente de Venezuela con el 63 por ciento de los votos, en una elección calificada como “completamente libre y justa” por los observadores internacionales, en un país donde casi la mayoría de los medios se oponen militantemente a su figura.Sé muy bien porqué. Su nombre es María González. Ella es una abuela arrugada y encorvada de sesenta años con la que me topé el año pasado en el Barrio Nueva Tacagua, un barrio fétido hecho de latón y lodo en las altas colinas que rodean Caracas. María creció en una Venezuela que derramaba su riqueza petrolera, pero nunca asistió a la escuela y nunca visitó a un medico, ya que las ganancias petrolíferas fluían hacia las cuentas de las veinticinco familias más ricas del país. Como la gran mayoría de los venezolanos fue dejada a vivir y a morir en improvisadas casuchas de óxido y cartón.El día que la conocí María escribió su nombre –el pulso tembloroso, sobre un pizarrón– por primera vez en su vida. El mundo de María comenzó a cambiar desde que Hugo Chávez fue electo por primera vez en otra elección libre y abierta en 1998. El nuevo presidente electo empleó la riqueza petrolera del país para construir clínicas para el setenta por ciento de los venezolanos que, como ella, viven en una pobreza estremecedora y cegadora. Estableció programas masivos de alfabetización para enseñar a su país –y a millones de Marías– a leer y escribir.Pero de alguna manera, entre la Venezuela de María y los periódicos, las pantallas de televisión de Estados Unidos y Gran Bretaña, Chávez ha sufrido una extraña transformación. Dejó de ser el líder más popular del mundo democrático y en cambio se deformó en un grotesco dictador “como Hitler, Stalin o Mao”.¿A qué se debe eso? Sólo conozco una explicación convincente: estas personas que escriben reportajes sobre Chávez están fuertemente incrustados en una cultura política que considera al resto del mundo como un comedero para las ganancias corporativas. Cuando un régimen del mundo en vías de desarrollo canaliza sus ganancias hacia un puñado de ricos es calificado instintivamente como promotor de la “estabilidad regional” y un “demócrata”. Pero cuando un gobierno utiliza sus reservas de riqueza para ayudar a la gente que vive en los barrios pobres se convierte en sospechoso y en una “amenaza para la estabilidad”.
Repasemos una a una las mentiras sobre Hugo Chávez para ver cómo es que se forma esta impresión errónea:Primera mentira: Chávez es un dictador. En realidad ha sido elegido por el pueblo venezolano en elecciones alabadas por el Centro Carter –estándar de observación electoral a través del mundo– como “impresionantemente abiertas”. Esta presunción es difícil de explicar porque la gente sea retratada en la propaganda chapista. A pesar de las acusaciones de algunos críticos que jamás han visitado Venezuela, escojan cualquiera de los siete periódicos nacionales de Venezuela en cualquier día y en seis de ellos seremos abrumados por feroces ataques anti chavistas. He estado en dictaduras, desde Saddam Hussein hasta Bashar al-Asad, y no tienen nada que ver con esto.Segunda mentira: Podemos conocer a Chávez al ver quiénes son sus aliados. Es verdad que Chávez se ha alineado con algunas dictaduras repudiables, alabando a Fidel Castro y a Robert Mugabe, al que conocí a principios de este año. Similarmente Tony Blair se ha aliado con los torturadores y asesinos Vladimir Putin, el Partido Comunista Chino y la Casa de Saud, profiriéndoles grandes elogios. ¿Esto significa que Gran Bretaña no es una democracia? Todos los gobiernos democráticos han hecho alianzas desagradables pero esto no revela la verdadera naturaleza del gobierno de Caracas más que la de Westminister.Tercera mentira: Chávez está suprimiendo los derechos humanos.Esta acusación se hace con fuertes alaridos y con poca evidencia. A veces los críticos aseguran que hay 200 prisioneros políticos en Venezuela. Está es la realidad: En 2002 una junta antidemocrática integrada por los capos del petróleo, los dueños de medios de comunicación y algunos generales de inconformes, secuestraron a Hugo Chávez y anunciaron que se apropiarían del país. Disolvieron el parlamento y las cortes y anunciaron un toque de queda militar en las calles, amenazando a cualquiera que se atreviera a salir a las calles. La administración Bush salió a aplaudir el golpe de Estado con una rapidez sospechosa. Con enorme valentía más de un millón de demócratas bajaron de los barrios hacia las calles del Palacio de Miraflores en Caracas, negándose a que su presidente electo fuera derrocado. Los soldados que custodiaban a Chávez se unieron a la rebelión y fue regresado al poder.Los únicos “prisioneros políticos” en Venezuela –los llamados 200– son las personas que planearon y participaron directamente en este intento para destruir la democracia del país. Si un grupo apoyado por extranjeros hubiera secuestrado a Tony Blair, destruyera el Parlamento, el Old Bailey, y sometiera Bretaña a un toque de queda militar, ¿encarcelaríamos a los culpables?Cuarta mentira: Chávez es un comunista determinado a nacionalizar toda la economía nacional.Esta es una mentira Rumsfeldiana que, irónicamente, también es reforzada por algunos de los aliados de Chávez de la vieja izquierda británica, como ese estalinista burlón de George Galloway. En realidad Chávez es un socialdemócrata al estilo europeo que cree en un gobierno activo que ayuda a los pobres junto a una economía de mercado vigorosa. Él lo llama su “socialismo del siglo XXI”. La tragedia es que en Latinoamérica, bajo el tacón poderoso del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, se requiere de un revolucionario para ser un socialdemócrata.La evidencia es bastante abrumadora. Durante la presidencia de Chávez la proporción del PIB correspondiente al sector privado ha aumentado y la bolsa de valores de Caracas se encuentra en sus máximos niveles históricos. Chávez no ha nacionalizado la tierra; en cambio la ha redistribuido rompiendo con las grandes concentraciones ociosas de los ricos en pequeñas parcelas para los campesinos sin tierras. A pesar de toda su retórica que enaltece a Fidel Castro, las políticas de Chávez son mucho más parecidas a la Homestead Act de Abraham Lincoln de 1862, que entregó tierras en el oeste para los pobres que desearan establecerse en ellas.Mientras el fundamentalismo de mercado y el comunismo hacen decrecer una economía, hay que observar la historia de Latinoamérica como prueba de que los estados que mezclan las políticas funcionan: Venezuela creció 12 por ciento el año pasado. Los críticos anti Chávez afirman que se debe a los elevados precios del petróleo. ¿Cómo podrían explicar que durante los setentas, cuando los precios del petróleo (ajustados por la inflación) eran igual de altos, la economía de Venezuela casi no creció nada?No sólo es la apropiación del dinero del petróleo la que cuenta; también es importante saber qué hacer con esos recursos. Chávez está utilizando sus petrodólares para cumplir con la voluntad de la gente, para sacarlos de los barrios marginados. Una mujer como María no necesita ser engañada o intimidada para votar por Chávez. Lo hace por una sencilla razón: ha cumplido las promesas hechas. No hay una cantidad de mentiras que pueda enterrar esta brillante y resplandeciente realidad.
Traducción: Erich Moncada
Aquí pueden votar por Hugo Chávez para Persona del Año de la revista

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