jueves, agosto 24

DISCURSO DE ANIVERSARIO TRATADOS DE CORDOBA

DISCURSO DEL DIA 24 DE AGOSTO, DEL AÑO 2006 ,CASA QUEMADA EN LA HEROICA CIUDADAD DE CÓRDOBA, VERACRUZ.


Nos encontramos reunidos aquí esta mañana, un grupo de personas representantes del Partido de la Revolución Democrática, del Partido de Convergencia Democrática, de la Red Ciudadana Tratados de Córdoba, así como otros ciudadanos identificados con las ideas de progreso que requiere el país, para celebrar esta vez, el Octogésimo Quinto Aniversario de la firma de los Tratados de Córdoba.

La fecha, como todos sabemos tiene un especial significado para todos los cordobeses, porque representa: el triunfo de la razón por la fuerza; en reconocimiento del derecho que tenemos los mexicanos a la libertad y a la independencia.

A córdoba, le fue concedido el honor de ser cede de este importante acontecimiento como un merecido reconocimiento al brillante y decisivo desempeño que tuvieron sus hijos, en las jornadas militares que acompañaron el 21 de Mayo de 1821 en la batalla definitiva de la guerra de independencia.

Es innecesario recordar aquí los detalles protocolarios de la ceremonia correspondiente, que todos conocemos, y menos aún, ocuparnos ni siquiera de las atribuciones de poder de Iturbide, que tanto mal le hiciera posteriormente a este documento histórico y a la independencia misma.

Pero si además subrayar el entusiasmo literario que predomino por aquellos días entre los cordobeses y que se ha vuelto desde ese entonces, motivo de orgullo para nuestra ciudad.

No debemos privar, sin embargo, a esta celebración de un verdadero contenido. Recordamos ahora a la firma de los tratados, porque significo la culminación de nuestra guerra de Independencia, triunfo de la lucha del padre Hidalgo por la igualdad de los mexicanos; la consumación de este acto de libertad que se inicio en Dolores, con los hombres más pobres y desamparados de la entonces Nueva España, abarcando después a todo el territorio nacional. No se puede olvidar por ello, que el grueso de esa lucha fue iniciada por el pueblo de México y pagada con su sangre, en tanto que buena parte de las clases acomodadas de entonces, prefirieron la defensa de sus intereses materiales a escuchar el llamado de la Patria..

Esa es la lección más luminosa de ese episodio histórico, la capacidad que siempre ha tenido nuestro pueblo para luchar contra sus opresores, contra los intereses que lo aprisionan, contra las clases que los traicionan y contra los gobernantes que ha querido encadenarlo.
Después de 1821, siempre ha habido un nuevo grito de Dolores, cada vez que los mexicanos han decidido avanzar en su lucha histórica por la libertad. Así sucedió con Juárez en 1857, con Madero el 20 de noviembre de 1810; con Carranza y con Lázaro Cárdenas en 1939. Esa ha sido la punta histórica de la libertad de México y la señal más clara para montar nuestro camino actual.

En cada momento, el pueblo ha tenido la agudeza necesaria para identificar a sus enemigos y no dejarse engañar y también para reconocer a sus guías con acierto.

Por todo esto celebramos con jubilo la firma de aquellos Tratados que nos pusieron en el camino de la conquista de nuevas libertades, pero ya como un pueblo independiente.

Hoy resulta especialmente oportuna esta celebración histórica, cuando en nuestro país se lucha una batalla trascendentalísima por la democracia y el sufragio autentico en cuyas expresiones esta envuelta la mayoría de los mexicanos y sin duda los aquí presentes.

La lucha es ahora, como siempre, contra los poderosos intereses económicos que acotan y asfixian a la patria, como lo fue para Hidalgo, contra la nobleza virreinal, para Juárez contra los hacendados y el alto clero y para Madero contra los latifundistas y las clases privilegiadas del Porfiriato.

La lección de denuedo y fortaleza que nos dieron los insurgentes, esta hoy presente, cuando todo un pueblo defiende su derecho a decidir su destino, y a prescindir de aquellos que, pretextando sus protectores y mandatarios quieren eternizarse en el poder e imponernos la servidumbre de sus intereses; es la hora de repetir el no pasaran y resistir sus embates, por que un pueblo tan paciente y luchador como el nuestro solo merece y puede conformarse con la victoria.

En síntesis hoy el futuro de México se defiende con frases cortas y decisiones firmes:

Voto por voto, casilla por casilla.

Y la Ley es para todos, mientras nuestros oponentes recurren a la calumnia y la guerra sucia, revelando su falta de argumentos.

La primera en nuestras actitudes, es en reclamo histórico y una necesidad impostergable para el pueblo mexicano, el voto efectivo es un arma indispensable ahora, para conquistar la igualdad que tanto necesitamos, no podemos tolerar ya que México sea el país para unos cuantos. Necesitamos convertirlo en la casa de todos los mexicanos, donde todos tengan las mismas oportunidades, no se trata de pregonar una equidad utópica sino aquella fundada en la construcción de un estado.

Capaz de garantizarle a todos sus hijos la educación y el trabajo digno que les permita prepararse y pueda asegurar la contención de los ambiciosos que medran con el bienestar de los demás, tal como sucede en los países más avanzados del orbe. En esta lucha ¡No vamos a perder! Por que es nuestro único camino pacifico para progresar y del él nadie nos va a apartar es nuestro compromiso con la historia.

Agradezco a todos ustedes la Honrosa encomienda que me dieron al permitirme pronunciar en su nombre en fecha tan relevante estas sencillas palabras.


Lic. José Manuel Zevallos P.

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