martes, marzo 13

«Hay una guerra abierta entre los grupos suníes y Al Qaeda»


Entrevista con Meshaan Al Juburi, propietario de la televisión de la insurgencia iraquí Zawraa TV«Hay una guerra abierta entre los grupos suníes y Al Qaeda»
Javier Espinosa
El Mundo
La fotografía no podría ser más explícita. Un niño agarrando un kalashnikov bajo un lema que reza: «Al Zawraa sigue, el canal de los héroes de la resistencia iraquí». El mensaje se refiere a la reaparición del polémico canal de TV propiedad de Meshaan Al Juburi en la plataforma satelital Arabsat, después de que fuera desconectado en febrero del egipcio Nilesat tras meses de presiones en tal sentido por parte de Washington.
El empeño de EEUU por silenciar Zawraa TV se explica por el fenómeno mediático en el que se ha convertido esta emisora, que desde finales de 2006 ejerce como portavoz oficial de la guerrilla suní opuesta a la ocupación de EEUU y también al Ejecutivo de Bagdad. Para estos últimos, Zawraa TV no pasa de ser una plataforma que promueve el odio contra los chiíes y por ello clausuró sus oficinas en Bagdad el 5 de noviembre de 2006.
Sin embargo, el canal propiedad del legislador suní Meshaan al Juburi ha conseguido eludir los obstáculos y mantiene sus transmisiones en Irak y su creciente popularidad en las naciones suníes del entorno.
Zawraa TV se estableció en octubre de 2005, pero cambió su estilo -antes dedicaba su programación a la música y las variedades- tras la huida a Siria del diputado suní después de ser acusado en diciembre de ese año de apropiarse de decenas de millones de dólares. «Son acusaciones sectarias, el comité anticorrupción sólo acusa a suníes», replica Juburi en una entrevista con EL MUNDO desde su refugio de Damasco, que respondió por medio de cuestionario.
Tras la prohibición oficial, Zawraa TV reapareció de manera clandestina con un nuevo estilo. El presentador es ahora un encapuchado vestido de uniforme que presenta unos informativos donde son recurrentes las imágenes de vehículos norteamericanos destrozados por las bombas o las de soldados abatidos por francotiradores. Los programas incluyen desde emisiones «ilustrativas» donde los guerrilleros enseñan a instalar cohetes katyushas sobre vehículos o a disparar RPG antitanque hasta diatribas vitriólicas contra las tropas de Washington, cuyos muertos son calificados de «miserables».
«Utilizamos a menudo un presentador encapuchado porque ese es el uniforme de la resistencia y somos parte de la resistencia. Nuestro objetivo es animar a la población a luchar contra la ocupación. Estamos transmitiendo entre Bagdad y Diyala. La guerrilla nos envía sus vídeos y nosotros los emitimos», explicó Juburi.
Pese a que tanto Washington como Bagdad la identifican con el extremismo confesional, lo cierto es que Juburi se distancia de esas acusaciones. «Nosotros nos oponemos a matar chiíes por el simple hecho de ser chiíes, pero sí criticamos al Gobierno vendido a Irán. Emitimos vídeos de grupos chiíes de resistencia y estamos en contra de los atentados contra la policía y el Ejército nacional», dice.
De hecho, el 16 de febrero Juburi utilizó Zawraa TV para certificar la dramática ruptura que se ha generado entre la guerrilla nacionalista suní y los radicales de Al Qaeda lanzando un demoledor ataque verbal contra estos últimos. «Los medios americanos dicen que en Irak sólo hay terrorismo, pero nosotros no emitimos imágenes de Al Qaeda porque ellos sí son un grupo terrorista. Son ellos los que atacaron a los chiíes y destruyeron la unidad nacional. Están matando de manera masiva y tiran a sus víctimas a la basura», indica Juburi.
Las declaraciones del político suní tan sólo confirman las informaciones que han aparecido en la prensa iraquí y árabe desde hace semanas, en las que se advertía sobre violentos combates en la provincia de Anbar entre las huestes de Al Qaeda y grupos tribales y guerrilleros opuestos a su radicalismo.
Los enfrentamientos han alcanzado su clímax en localidades como Faluya, Ramadi o Habaniya. En la confrontación fratricida se están utilizando los métodos más brutales. Coches bomba como el que estalló en Habaniya el 24 de febrero, que acabó con la vida de al menos 52 personas incluidos mujeres, niños y conocidos dirigentes de grupos armados suníes como las Brigadas de la Revolución de 1920 y el Ejército Islámico, enemigos ahora a Al Qaeda.
Juburi ratifica que ahora «hay una guerra abierta entre las Brigadas y el Ejército Islámico y Al Qaeda» y que las víctimas se cuentan por decenas. «Hace días Al Qaeda mató a 27 integrantes de las Brigadas de la Revolución de 1920 en Zaidan (al oeste de Bagdad) porque los quería obligar a combatir bajo su bandera», concluye.

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