martes, junio 12

ESCUCHANOS TODOS LOS MARTES POR LASSER 89 (91.5 FM)

EL PLAN COLOMBIA Y EL PLAN MEXICO

Por: Juan Carlos Fernandez Zulueta

Consejero Estatal del PRD

Correo-e: consejero_estatal@hotmail.com

Felipe Calderón ha solicitado a los Estados Unidos la aplicación en nuestro país por parte del gobierno estadounidense del llamado Plan México (algo similar al llamado Plan Colombia)

El Plan Colombia es la más integral y genuina manifestación del capitalismo contemporáneo. Es un programa neoliberal que combina intervencionismo político, económico y militar, pero que hábilmente se presenta como un plan humanitario para defender la democracia y salvar al mundo de una amenaza, que en este caso es el narcotráfico.

Es la lógica perversa sobre la cual se pretende sustentar su validez, encubriendo en forma tramposa las intenciones belicistas y financieras de los norteamericanos amangualados con la oligarquía colombiana. Los sectores poderosos, de por sí, ligados al gran capital en ambos países, apuestan a la derrota política y militar del movimiento popular de oposición, y en particular buscan doblegar a la insurgencia guerrillera.

El propósito de Estados Unidos con el Plan Colombia, es el de intervenir en el conflicto social y político interno, para imponer y favorecer a importantes transnacionales del petróleo y del carbón, facilitar la privatización de las principales empresas estatales especialmente en los sectores de salud, educación y comunicaciones, proteger a los terratenientes empeñados en el desarrollo agroindustrial y ganadero, y principalmente, apoderarse sin impedimento alguno de las enormes riquezas de la amazonía.

Las trampas del Plan Colombia:

Lucha contra el narcotráfico: El narcotráfico es consubstancial con el capitalismo contemporáneo. Los flujos millonarios que produce el negocio de las drogas, constituyen el plasma para evitarle anemia a un sistema que se sostiene a base de la especulación, y que necesita para sobrevivir la circulación de los enormes capitales que le dan vida.

La preocupación de los estadounidenses frente al narcotráfico es hipócrita. Por un lado buscan sustitutos sintéticos de los diversos estupefacientes y alucinógenos, para controlar más y mejor el negocio, y del otro, permiten el funcionamiento de los paraísos fiscales, de tal forma que puedan captar los grandes capitales que deja la droga.

No existe un Plan Estados Unidos para desarticular la intacta estructura financiera que se ocupa de la comercialización de la droga, cuyos responsables se encuentran en el corazón mismo de sus grandes ciudades, ligados a menudo con la banca internacional. Menos se menciona, la existencia según datos propios, de un poco más de 20 millones de adictos y consumidores en sus calles.

Las fábricas de insumos químicos y aditamentos para hacer la cocaína y heroína en general son norteamericanas y no se conocen sanciones al respecto. Hoy los EE.UU. con enormes plantíos de marihuana en Virginia y California se constituyen en el primer productor de esta hoja en el mundo (La marihuana es el tercero entre sus productos agrícolas luego del maíz y el trigo). Al parecer, mientras esta producción no implique fuga de capitales, no será preocupación del alto gobierno.

Por tanto, presentarse ante el mundo como los enemigos del narcotráfico, no deja de ser una paradoja. Sí ese es el propósito del Plan Colombia, este constituye una trampa, que de fondo oculta el interés norteamericano por consolidar un modelo de acumulación hegemónica del capital financiero y las transnacionales. En ese propósito se acude a la estrategia de empañar la realidad para justificar sus intenciones; no es raro que en preparación de este plan de guerra, la CIA haya clasificado a las FARC-EP como un grupo terrorista y narcotraficante.

Es claramente tendencioso por parte de EE.UU. hacer creer, que esa buena parte del campesinado colombiano que ha organizado resistencia en armas, justamente contra las injusticias del capitalismo, pertenezca y dependa de un fenómeno propio de las formas de acumulación y especulación del capital, como lo es el narcotráfico.

En realidad lo que demuestra el stato-quo colombo-estadounidense, es la preocupación por el arraigo popular de la guerrilla y su significativo ascenso político-militar. Temen que su desarrollo conduzca a articular al conjunto del movimiento social en Colombia, y que de repente se convierta en un ejemplo a seguir por otras organizaciones de oposición en América Latina y el mundo.

Esta situación es la que obliga a que la oligarquía colombiana y norteamericana reconozca y se preocupe principalmente por la dimensión armada del conflicto social y político. Así como el actual proceso de diálogo y negociaciones entre la insurgencia y el gobierno colombiano, es un triunfo del movimiento social y popular que lucha por la paz, movimiento que dinamizan las FARC-EP y el ELN con sus propuestas, el Plan Colombia constituye la amenaza más clara contra la paz no solo en Colombia, sino en la región.

La aplicación del Plan México, implicaría la inversión tecnológica en las fuerzas armadas, la creación de grupos paramilitares y de escuadrones de la muerte para combatir la disidencia política, sindical y campesina, la intervención directa ya de los Estados Unidos en territorio nacional, sin duda Calderón esta conduciendo a un estado totalitario.

No hay comentarios.:

Canal de Videos