martes, junio 26

Impuestos a Matusalén

Fco. Javier Chaín Revuelta

Prudente es aceptar que el impuesto es uno de los precios por vivir en sociedad. El representante de la sociedad es el Estado que debe prestar los servicios públicos. Aunque la doctrina prianista privatizadora quiera olvidar, desatenderse y hacer caso omiso de la obligación de proporcionar los servicios públicos, nunca podrá hacerlo precisamente porque es la función y razón de ser del Estado. Si el Estado no es para proporcionar servicios públicos entonces nadie sabe para que es.

El Estado debe prestar servicios, y para tal fin necesita de recursos, y cuando no cuenta con los mismos no puede cumplir los fines de su existencia. Estos recursos deben provenir de los sectores que están en condiciones de contribuir, y el Estado debe a través del cumplimiento de sus funciones, volcarlos hacia los sectores de menores ingresos. Por ello afirmamos que es en este acto, donde sobresale el principio de solidaridad.

En este país, desde que los ladrones ocupan el poder, todo anda a los bandazos; en cuanto a su política económica y a nivel del sector empresarial la forma de incrementar sus ingresos ha sido a precisamente a través del aumento en el nivel de precios, y a nivel de las finanzas los déficit fiscales se han cubierto permanentemente con el uso del crédito (directo o bursátil) y de la inflación. También el capital mundial y sus fieles nativos andan con el viejo cuento de la “estabilidad económica”, “la globalización”, el “incremento de la competitividad” y otros tantos conceptos vacíos que sólo sirven para apantallar, asustar y limpiar incautos, ya que la economía política, desde tiempos de Matusalén, obedece a un solo principio salvaje, aquel que reza que “A los tontos fácilmente se les quita su dinero”

A tal situación, la de andar a los bandazos en economía política y sin estrategia de economía política común, se ha sumado el alto nivel del costo financiero, la relación monetaria internacional, la desventaja contra economías políticas organizadas, todo ello gracias a los nefastos jerarcas que mantienen de rodillas al país con una profunda y lastimosa recesión. Tal hecho obliga, a los que no huyen al Norte, rascar por algún túnel para lograr un respiro, siquiera para obtener magro ingreso, y un túnel, obviamente incorrecto, que es el que se cava sin pagar tributos, sin pagar impuestos, hoyo al fin, ilegal y pirata pero que impide morir de hambre e inanición.

Otro factor que cala hondo en la recaudación social es la intensidad de la falta de conciencia tributaria, y que se hace presente como causa importante y generadora de evasión fiscal. La falta de conciencia tributaria tiene relación con la falta de solidaridad y la falta de una cultura del trabajo. Permea el ambiente un sentimiento generalizado de “que todo puede arreglarse”y el pensamiento de que las normas fueron hechas para violarlas, de que las fechas de vencimientos pueden ser prorrogadas, es decir siempre se piensa de que existe una salida fácil para todos los problemas. Lo más lamentable es que los ejemplos de tan amoral cultura provienen de las clases dirigentes y empresariales, y por tanto, el ciudadano común y los escolares, son proclives a imitar tamañas mañas, reaccionan de manera inadecuada imitando a esos empresarios y gobernantes que carecen de moral, del mínimo patriotismo, de falta de compromiso con los mas altos ideales de honestidad y transparencia. fjchain@hotmail.com

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