Los millones que Fox desapareció
A pesar de tres recursos interpuestos por Proceso ante el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), ha resultado imposible saber dónde quedaron los 24 millones 150 mil pesos que debieron entregarse desde el inicio del gobierno foxista al Fondo Nacional de Becas. Los documentos obtenidos luego de año y medio de investigaciones —sobre todo las copias de tres cheques— parecen indicar que esos recursos públicos fueron depositados en la cuenta de un fideicomiso privado que manejó discrecionalmente el propio presidente de la República
DANIEL LIZÁRRAGA/ PROCESO
MEXICO, D.F., 30 DE SEPTIEMBRE/ En los últimos días del priato, la mañana del 24 de noviembre de 2000, Carlos Rojas, coordinador financiero del equipo de transición foxista, anunció que los 10.8 millones de pesos aportados por Hacienda para la entrega-recepción de gobierno serían la base para constituir el Fondo Nacional de Becas. Pero ni un solo peso llegó a su destino.
El rastro de ese dinero público —que en realidad ascendió a 24 millones 150 mil pesos y no 10.8 millones, como dijo Carlos Rojas— se pierde justo en el momento en que el secretario de Hacienda, José Ángel Gurría, aprobó que se depositaran cinco cheques en un fideicomiso privado. De acuerdo con una investigación de Proceso, esa cuenta, abierta en Inbursa, estaba a nombre de Vicente Fox Quesada, como ciudadano y no como presidente electo.
A pesar del ordenamiento del comisionado Juan Pablo Guerrero, del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), Hacienda y la Presidencia de la República se han negado reiteradamente a responder sobre el destino de esos recursos públicos, con el pretexto de que se trata de una cuenta personal que está protegida por las leyes bancarias.
Luego de dos solicitudes de acceso a la información formuladas por este reportero, el 9 de junio de 2005 —hace un año y cuatro meses— Guerrero envió un oficio al secretario de la Función Pública, Eduardo Romero, en el que le pedía abrir una investigación y, en su caso, sancionar a los funcionarios de Hacienda por su negativa a entregar el contrato del fideicomiso y detallar el destino de esos recursos.
No ha habido respuesta sobre lo que hizo Vicente Fox con esos 24 millones 150 mil pesos. Ante esa cerrazón, se envió otro paquete de requerimientos de archivos oficiales, esta vez a la Secretaría de Educación Pública, Hacienda y la Presidencia de la República para conocer cómo se transfirieron esos recursos al Fondo Nacional de Becas, según lo afirmó Carlos Rojas en noviembre de 2000.
En vísperas de que Fox se ciñera al pecho la banda presidencial, Rojas era un personaje central. Además de coordinador financiero del equipo de transición foxista, era íntimo amigo del mandatario electo. Juntos habían cursado la preparatoria y ahora Rojas se perfilaba como el nuevo asesor administrativo de la casa presidencial, donde a la postre se encargó del menaje y de la reparación de las cabañas.
Luego de seis meses de litigo en el IFAI, finalmente Hacienda reconoció que nunca hubo transferencia de recursos públicos del fideicomiso privado de Vicente Fox hacia el fideicomiso con el que inició sus trabajos el Fondo Nacional de Becas. Se trató, respondió la secretaría, de cuentas separadas.
En documentos oficiales entregados por Hacienda al comisionado Juan Pablo Guerrero consta que el 27 de diciembre de 2000 el fideicomiso privado de Vicente Fox dejó de existir. De hecho, hubo un remanente de 130 mil 175 pesos, que se entregó a la Tesorería de la Federación. Del resto del dinero sólo se sabe que nunca llegó al Fondo Nacional de Becas, ni a ningún otro programa oficial.
Además de esos 24 millones 150 mil pesos depositados en el fideicomiso privado de Vicente Fox, Hacienda, contrató como si fueran sus empleados, a 316 personas que en realidad trabajaron para el equipo de transición foxista, con un costo para el erario de 45 millones 264 mil pesos. Fungieron como asesores durante cuatro meses, de agosto a fines de noviembre de 2000. (Proceso 1501 y 1504)
Después se supo que en realidad se trata de 69 millones 264 mil pesos, sólo que el presidente electo recibió poco más de 20 millones (el 34% del total) para que dispusiera de ellos discrecionalmente. Ni la Au-ditoría Superior de la Federación (ASF) ha podido revisarlos, toda vez que se trata de una cuenta privada.
Los donadores
Vicente Fox se convirtió en presidente electo el 2 de agosto de 2000. En el transcurso de ese mes, abrió personalmente un fideicomiso privado a su nombre en Inbursa, bajo la clave F/0894, de acuerdo con documentación oficial en poder de Proceso, luego de un año y ocho meses de investigación.
La primera transferencia autorizada por Hacienda tardó en llegar dos meses a la cuenta que durante la mayor parte del sexenio pasó desapercibida. El exsecretario de Hacienda José Angel Gurría y Fox comieron en privado el 18 de octubre de 2000, en una de las oficinas alternas del equipo de transición.
Atestiguaron el encuentro Luis Ernesto Derbez —hoy secretario de Relaciones Exteriores— y Eduardo Sojo —quien fungió un tiempo como coordinador de asesores de Políticas Públicas de la Presidencia—. Al término del encuentro ambos dijeron a los medios que durante la reunión se afinaron los detalles para el Proyecto de Presupuesto.
Lo que callaron fue que al día siguiente, el 19 de octubre, Vicente Fox recibiría los primeros 12.5 millones de pesos en su cuenta privada. Hacienda clasificó el dinero como "donativo", lo que impidió que posteriormente se pudiera exigir una rendición de cuentas. En ese entonces, los donativos no eran sujetos de comprobación ni justificación.
Un mes después, el 21 de noviembre, mientras Fox sostenía su primer cónclave con los futuros integrantes de su gabinete en el rancho San Santín, Estado de México, en donde les pidió trabajar en equipo y con honradez, Hacienda depositaba la segunda remesa de 4.9 millones de pesos en su fideicomiso.
El resto de los recursos públicos fueron depositados en la cuenta de Fox el 23 de noviembre. Inbursa recibió un último depósito por 6 millones 750 mil pesos. Este dinero llegó a manos del presidente electo cuando faltaban sólo ocho días para su toma de posesión. El período de transición estaba a unas horas de concluir, según consta en las copias de los cheques a las que Proceso tuvo acceso.
Un día después, el 24 de noviembre, Carlos Rojas declaró a los periodistas de El Universal Felipe de Jesús González y José Luis Ruiz que Hacienda apenas les había entregado 10.8 millones de pesos en un fideicomiso, cuando en realidad había en juego más de 69 millones de pesos.
En esa entrevista, Rojas admitió por vez primera que grandes consorcios como Teléfonos de México, Cementos Mexicanos (Cemex) y Grupo Alfa habían aportado unos 30 millones de pesos más para los trabajos de entrega-recepción del gobierno zedillista. En ese momento, según él, el fideicomiso sólo tenía fondos unos 35 millones de pesos.
Entre otros asuntos, Rojas aseguró que ese dinero —proveniente tanto de la iniciativa privada como de los recursos públicos sobrantes— se destinaría al Programa Nacional de Becas.
El lunes 11 de diciembre, ya como presidente electo, Fox convocó a una ceremonia para anunciar el arranque de ese proyecto, cuyos fondos fueron aportados por grupos de ciudadanos: "Ahora sí. Las cámaras para acá, porque voy a lanzar un sablazo. Ya está abierta la cuenta 0120986001-2 en Banca Inbursa para depositar fondos de apoyo a este fideicomiso, que es el número 1000".
La confusión
Lo que tienen en común los anuncios de Carlos Rojas, en noviembre de 2000, y el del presidente Fox, el 11 diciembre del mismo año, es que el fideicomiso para apoyar a los estudiantes estaría en Inbursa. En lo que no concuerdan los datos es que mientras Rojas se refería al F/0894 —en el que Hacienda depositó recursos públicos—, Vicente Fox habló del número 1000.
Según la información que contienen los tres expedientes integrados recientemente en el IFAI, a petición de igual número de recursos de reclamación presentados por Proceso (números 1836/05, 1964/05 y 1963/05), el fideicomiso privado de Vicente Fox dejó de funcionar el 27 de diciembre de 2000; es decir, 16 días después de que el presidente "sableó" a los empresarios para que aportaran su dinero a favor de los estudiantes con menores recursos económicos.
El dinero de ese fideicomiso privado de Fox —en el que Hacienda depositó recursos públicos— fue supuestamente trasferido al Fondo Nacional de Becas, de acuerdo con el entonces coordinador financiero del equipo de transición foxista, Carlos Rojas.
Sin embargo, existen pruebas de que eso nunca sucedió así. En el expediente 1964/05 en contra de la Presidencia de la República, manejado por el comisionado del IFAI Juan Pablo Guerrero, se asegura que en el Fondo Nacional de Becas nunca hubo transferencias provenientes del erario, tampoco del fideicomiso privado de Fox, como se pretendió justificar en el 2000.
"Aun cuando se mostró que Presidencia contaba con información respecto al Fondo Nacional de Becas, es importante señalar que este instituto no encontró evidencia respecto al numeral cuatro de la solicitud de información referido a la transferencia de recursos públicos al fideicomiso Fondo Nacional de Becas", sentenció Guerrero.
El comisionado del IFAI dice también en su estudio que la ausencia de dinero público en el programa de apoyo a estudiantes pobres se extendió por más tiempo: "Aunque el presidente Vicente Fox declaró que el gobierno federal haría una aportación al Fondo Nacional de Becas para el año fiscal 2001, una vez que la misma fue aprobada por la Cámara de Diputados, dicha aportación nunca ocurrió".
Atando cabos
En el expediente 1836/05 en contra de la Secretaría de Hacienda hay más rastros sobre la probable ruta del dinero público depositado en el fideicomiso privado de Fox.
Durante una audiencia celebrada el 3 de noviembre de 2005 en la oficina del comisionado Guerrero, un funcionario de Hacienda, Arturo Aquino Espinosa, encargado de la Coordinación Jurídica y de Mejora Regulatoria de la Dirección General de Recursos Financieros, señaló que no había información respecto a alguna transferencia del fideicomiso F/0894 hacia el Fondo Nacional de Becas, con lo que derrumbó la justificación que dio a la prensa Carlos Rojas en 2000.
Arturo Aquino ofreció ahí mismo copias de un escrito elaborado el 14 de marzo de 2001, dirigido al entonces director general de Programación, Organización y Presupuesto de Hacienda, en el que Inbursa acredita la devolución de 131 mil 175 pesos como remanente de los recursos utilizados por Vicente Fox.
En la página 9 de ese expediente aparece una fotocopia sobre el reingreso de ese 0.54% del dinero público originalmente depositado en el fideicomiso privado del entonces presidente electo. Del resto nada se sabe.
Al respecto, el mismo comisionado Guerrero destacó que el IFAI tuvo pleno conocimiento de que Hacienda había transferido hasta 24 millones 150 mil pesos al fideicomiso F/0894 y, por ello, había decidido convocar a las partes a una audiencia para que expusieran sus pruebas.
Por otro lado, en el expediente 1963/05, la secretaría de Educación Pública precisó que el fideicomiso del Fondo Nacional de Becas fue creado por iniciativa de los presidentes de varios grupos corporativos empresariales de Comercial Mexicana de Pinturas (Comex), Cemex, Alfa, Telmex y Pulsar, "motivados por la convicción de que el cambio en las situaciones de pobreza e iniquidad de México requiere forzosamente de un avance en el nivel educativo de sus jóvenes".
Dicho fondo —se aclara en el proyecto del comisionado Alonso Gómez Robledo— inició como un fideicomiso, transformándose en una asociación civil en 2003, que apoya a estudiantes de bajos recursos económicos. Los asociados son Comex, Cemex, Grupo Alfa, Savia, Fundación Telmex, Asociación de Embo-telladoras Mexicanas de Coca Cola, acompañadas de Sergio Cházaro Loaiza, Carlos F. López Córdoba, Carlos Ludlow Saldfivar y, curiosamente, el propio excoordinador financiero de los foxistas, Carlos Rojas. Empero, la SEP afirmó que tampoco encontró en sus archivos datos sobre la transferencia de recursos públicos del fideicomiso privado de Fox al Fondo Nacional de Becas.
Hace unas semanas, Fox dijo que ya había "bajado la cortina" de su administración. En seis años nunca aclaró qué hizo con el dinero público depositado en su cuenta privada.
A pesar de tres recursos interpuestos por Proceso ante el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), ha resultado imposible saber dónde quedaron los 24 millones 150 mil pesos que debieron entregarse desde el inicio del gobierno foxista al Fondo Nacional de Becas. Los documentos obtenidos luego de año y medio de investigaciones —sobre todo las copias de tres cheques— parecen indicar que esos recursos públicos fueron depositados en la cuenta de un fideicomiso privado que manejó discrecionalmente el propio presidente de la República
DANIEL LIZÁRRAGA/ PROCESO
MEXICO, D.F., 30 DE SEPTIEMBRE/ En los últimos días del priato, la mañana del 24 de noviembre de 2000, Carlos Rojas, coordinador financiero del equipo de transición foxista, anunció que los 10.8 millones de pesos aportados por Hacienda para la entrega-recepción de gobierno serían la base para constituir el Fondo Nacional de Becas. Pero ni un solo peso llegó a su destino.
El rastro de ese dinero público —que en realidad ascendió a 24 millones 150 mil pesos y no 10.8 millones, como dijo Carlos Rojas— se pierde justo en el momento en que el secretario de Hacienda, José Ángel Gurría, aprobó que se depositaran cinco cheques en un fideicomiso privado. De acuerdo con una investigación de Proceso, esa cuenta, abierta en Inbursa, estaba a nombre de Vicente Fox Quesada, como ciudadano y no como presidente electo.
A pesar del ordenamiento del comisionado Juan Pablo Guerrero, del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), Hacienda y la Presidencia de la República se han negado reiteradamente a responder sobre el destino de esos recursos públicos, con el pretexto de que se trata de una cuenta personal que está protegida por las leyes bancarias.
Luego de dos solicitudes de acceso a la información formuladas por este reportero, el 9 de junio de 2005 —hace un año y cuatro meses— Guerrero envió un oficio al secretario de la Función Pública, Eduardo Romero, en el que le pedía abrir una investigación y, en su caso, sancionar a los funcionarios de Hacienda por su negativa a entregar el contrato del fideicomiso y detallar el destino de esos recursos.
No ha habido respuesta sobre lo que hizo Vicente Fox con esos 24 millones 150 mil pesos. Ante esa cerrazón, se envió otro paquete de requerimientos de archivos oficiales, esta vez a la Secretaría de Educación Pública, Hacienda y la Presidencia de la República para conocer cómo se transfirieron esos recursos al Fondo Nacional de Becas, según lo afirmó Carlos Rojas en noviembre de 2000.
En vísperas de que Fox se ciñera al pecho la banda presidencial, Rojas era un personaje central. Además de coordinador financiero del equipo de transición foxista, era íntimo amigo del mandatario electo. Juntos habían cursado la preparatoria y ahora Rojas se perfilaba como el nuevo asesor administrativo de la casa presidencial, donde a la postre se encargó del menaje y de la reparación de las cabañas.
Luego de seis meses de litigo en el IFAI, finalmente Hacienda reconoció que nunca hubo transferencia de recursos públicos del fideicomiso privado de Vicente Fox hacia el fideicomiso con el que inició sus trabajos el Fondo Nacional de Becas. Se trató, respondió la secretaría, de cuentas separadas.
En documentos oficiales entregados por Hacienda al comisionado Juan Pablo Guerrero consta que el 27 de diciembre de 2000 el fideicomiso privado de Vicente Fox dejó de existir. De hecho, hubo un remanente de 130 mil 175 pesos, que se entregó a la Tesorería de la Federación. Del resto del dinero sólo se sabe que nunca llegó al Fondo Nacional de Becas, ni a ningún otro programa oficial.
Además de esos 24 millones 150 mil pesos depositados en el fideicomiso privado de Vicente Fox, Hacienda, contrató como si fueran sus empleados, a 316 personas que en realidad trabajaron para el equipo de transición foxista, con un costo para el erario de 45 millones 264 mil pesos. Fungieron como asesores durante cuatro meses, de agosto a fines de noviembre de 2000. (Proceso 1501 y 1504)
Después se supo que en realidad se trata de 69 millones 264 mil pesos, sólo que el presidente electo recibió poco más de 20 millones (el 34% del total) para que dispusiera de ellos discrecionalmente. Ni la Au-ditoría Superior de la Federación (ASF) ha podido revisarlos, toda vez que se trata de una cuenta privada.
Los donadores
Vicente Fox se convirtió en presidente electo el 2 de agosto de 2000. En el transcurso de ese mes, abrió personalmente un fideicomiso privado a su nombre en Inbursa, bajo la clave F/0894, de acuerdo con documentación oficial en poder de Proceso, luego de un año y ocho meses de investigación.
La primera transferencia autorizada por Hacienda tardó en llegar dos meses a la cuenta que durante la mayor parte del sexenio pasó desapercibida. El exsecretario de Hacienda José Angel Gurría y Fox comieron en privado el 18 de octubre de 2000, en una de las oficinas alternas del equipo de transición.
Atestiguaron el encuentro Luis Ernesto Derbez —hoy secretario de Relaciones Exteriores— y Eduardo Sojo —quien fungió un tiempo como coordinador de asesores de Políticas Públicas de la Presidencia—. Al término del encuentro ambos dijeron a los medios que durante la reunión se afinaron los detalles para el Proyecto de Presupuesto.
Lo que callaron fue que al día siguiente, el 19 de octubre, Vicente Fox recibiría los primeros 12.5 millones de pesos en su cuenta privada. Hacienda clasificó el dinero como "donativo", lo que impidió que posteriormente se pudiera exigir una rendición de cuentas. En ese entonces, los donativos no eran sujetos de comprobación ni justificación.
Un mes después, el 21 de noviembre, mientras Fox sostenía su primer cónclave con los futuros integrantes de su gabinete en el rancho San Santín, Estado de México, en donde les pidió trabajar en equipo y con honradez, Hacienda depositaba la segunda remesa de 4.9 millones de pesos en su fideicomiso.
El resto de los recursos públicos fueron depositados en la cuenta de Fox el 23 de noviembre. Inbursa recibió un último depósito por 6 millones 750 mil pesos. Este dinero llegó a manos del presidente electo cuando faltaban sólo ocho días para su toma de posesión. El período de transición estaba a unas horas de concluir, según consta en las copias de los cheques a las que Proceso tuvo acceso.
Un día después, el 24 de noviembre, Carlos Rojas declaró a los periodistas de El Universal Felipe de Jesús González y José Luis Ruiz que Hacienda apenas les había entregado 10.8 millones de pesos en un fideicomiso, cuando en realidad había en juego más de 69 millones de pesos.
En esa entrevista, Rojas admitió por vez primera que grandes consorcios como Teléfonos de México, Cementos Mexicanos (Cemex) y Grupo Alfa habían aportado unos 30 millones de pesos más para los trabajos de entrega-recepción del gobierno zedillista. En ese momento, según él, el fideicomiso sólo tenía fondos unos 35 millones de pesos.
Entre otros asuntos, Rojas aseguró que ese dinero —proveniente tanto de la iniciativa privada como de los recursos públicos sobrantes— se destinaría al Programa Nacional de Becas.
El lunes 11 de diciembre, ya como presidente electo, Fox convocó a una ceremonia para anunciar el arranque de ese proyecto, cuyos fondos fueron aportados por grupos de ciudadanos: "Ahora sí. Las cámaras para acá, porque voy a lanzar un sablazo. Ya está abierta la cuenta 0120986001-2 en Banca Inbursa para depositar fondos de apoyo a este fideicomiso, que es el número 1000".
La confusión
Lo que tienen en común los anuncios de Carlos Rojas, en noviembre de 2000, y el del presidente Fox, el 11 diciembre del mismo año, es que el fideicomiso para apoyar a los estudiantes estaría en Inbursa. En lo que no concuerdan los datos es que mientras Rojas se refería al F/0894 —en el que Hacienda depositó recursos públicos—, Vicente Fox habló del número 1000.
Según la información que contienen los tres expedientes integrados recientemente en el IFAI, a petición de igual número de recursos de reclamación presentados por Proceso (números 1836/05, 1964/05 y 1963/05), el fideicomiso privado de Vicente Fox dejó de funcionar el 27 de diciembre de 2000; es decir, 16 días después de que el presidente "sableó" a los empresarios para que aportaran su dinero a favor de los estudiantes con menores recursos económicos.
El dinero de ese fideicomiso privado de Fox —en el que Hacienda depositó recursos públicos— fue supuestamente trasferido al Fondo Nacional de Becas, de acuerdo con el entonces coordinador financiero del equipo de transición foxista, Carlos Rojas.
Sin embargo, existen pruebas de que eso nunca sucedió así. En el expediente 1964/05 en contra de la Presidencia de la República, manejado por el comisionado del IFAI Juan Pablo Guerrero, se asegura que en el Fondo Nacional de Becas nunca hubo transferencias provenientes del erario, tampoco del fideicomiso privado de Fox, como se pretendió justificar en el 2000.
"Aun cuando se mostró que Presidencia contaba con información respecto al Fondo Nacional de Becas, es importante señalar que este instituto no encontró evidencia respecto al numeral cuatro de la solicitud de información referido a la transferencia de recursos públicos al fideicomiso Fondo Nacional de Becas", sentenció Guerrero.
El comisionado del IFAI dice también en su estudio que la ausencia de dinero público en el programa de apoyo a estudiantes pobres se extendió por más tiempo: "Aunque el presidente Vicente Fox declaró que el gobierno federal haría una aportación al Fondo Nacional de Becas para el año fiscal 2001, una vez que la misma fue aprobada por la Cámara de Diputados, dicha aportación nunca ocurrió".
Atando cabos
En el expediente 1836/05 en contra de la Secretaría de Hacienda hay más rastros sobre la probable ruta del dinero público depositado en el fideicomiso privado de Fox.
Durante una audiencia celebrada el 3 de noviembre de 2005 en la oficina del comisionado Guerrero, un funcionario de Hacienda, Arturo Aquino Espinosa, encargado de la Coordinación Jurídica y de Mejora Regulatoria de la Dirección General de Recursos Financieros, señaló que no había información respecto a alguna transferencia del fideicomiso F/0894 hacia el Fondo Nacional de Becas, con lo que derrumbó la justificación que dio a la prensa Carlos Rojas en 2000.
Arturo Aquino ofreció ahí mismo copias de un escrito elaborado el 14 de marzo de 2001, dirigido al entonces director general de Programación, Organización y Presupuesto de Hacienda, en el que Inbursa acredita la devolución de 131 mil 175 pesos como remanente de los recursos utilizados por Vicente Fox.
En la página 9 de ese expediente aparece una fotocopia sobre el reingreso de ese 0.54% del dinero público originalmente depositado en el fideicomiso privado del entonces presidente electo. Del resto nada se sabe.
Al respecto, el mismo comisionado Guerrero destacó que el IFAI tuvo pleno conocimiento de que Hacienda había transferido hasta 24 millones 150 mil pesos al fideicomiso F/0894 y, por ello, había decidido convocar a las partes a una audiencia para que expusieran sus pruebas.
Por otro lado, en el expediente 1963/05, la secretaría de Educación Pública precisó que el fideicomiso del Fondo Nacional de Becas fue creado por iniciativa de los presidentes de varios grupos corporativos empresariales de Comercial Mexicana de Pinturas (Comex), Cemex, Alfa, Telmex y Pulsar, "motivados por la convicción de que el cambio en las situaciones de pobreza e iniquidad de México requiere forzosamente de un avance en el nivel educativo de sus jóvenes".
Dicho fondo —se aclara en el proyecto del comisionado Alonso Gómez Robledo— inició como un fideicomiso, transformándose en una asociación civil en 2003, que apoya a estudiantes de bajos recursos económicos. Los asociados son Comex, Cemex, Grupo Alfa, Savia, Fundación Telmex, Asociación de Embo-telladoras Mexicanas de Coca Cola, acompañadas de Sergio Cházaro Loaiza, Carlos F. López Córdoba, Carlos Ludlow Saldfivar y, curiosamente, el propio excoordinador financiero de los foxistas, Carlos Rojas. Empero, la SEP afirmó que tampoco encontró en sus archivos datos sobre la transferencia de recursos públicos del fideicomiso privado de Fox al Fondo Nacional de Becas.
Hace unas semanas, Fox dijo que ya había "bajado la cortina" de su administración. En seis años nunca aclaró qué hizo con el dinero público depositado en su cuenta privada.
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