Soldados fiscales
Fco. Javier Chaín Revuelta
Hace mucho tiempo que todo gobierno prefiere un recaudador de impuestos a un soldado. Sin embargo, muchos tomaron nota los pasados meses, que las gentes ungidas en el poder por obra y gracia del instituto electoral y de un tribunal, prefieren los soldados a los recaudadores de impuestos. Incluso los primeros días en el poder fueron testigos fieles que el gobierno del desempleo otorgó jugoso aumento de salarios y otras prebendas y prestaciones (digamos que una ley del Issste pero al revés) a todos los elementos del siempre honorable ejército.
No pasó mucho tiempo para que se dieran cuentan que la guerra cuesta. Nadie que no tenga una jugosa bolsa de oro puede darse el lujo de iniciar una guerra o una campaña política. El gasto militar mas el gasto corriente, más otros gastos, más viáticos, más pago de facturas electorales, más honorarios de diputados, senadores y otras especies similares, es tan enorme que hasta los torpes del actual gobierno federal se dan cuenta que hacen falta recaudadores, pero no saben como hacerle. Ya los canacos, concamines y otros delfines, así como todo el mundo ya le dijo al gobierno panucho que no deben exprimir más a los que ya exprimen, sino deben agarrar a todos esos que no pagan y evaden impuestos.
El examen del fenómeno de evasión fiscal permite a esta nota colegir complejidad y dinamismo. Su reducción dependerá de la remoción de los factores que conllevan tales causalidades, debiéndose llevar a cabo una series de medidas adecuadas a un contexto económico y social dado, a fin de lograrlo .Todo ello sin perjuicio de que circunstancias ajenas al campo económico tributario puedan mejorar o afectar el nivel de cumplimiento impositivo. La doctrina tradicional menciona como las causas más comunes de la evasión fiscal (más las que usted quiera agregar) la carencia en las personas de una conciencia tributaria, la existencia de un sistema tributario poco transparente, una administración tributaria sin flexibilidad y el muy bajo riesgo de ser detectado como evasor.
La carencia de conciencia tributaria se debe a que en la sociedad no se ha desarrollado el sentido de cooperación de los individuos con el Estado. No se considera que el Estado lo conformamos todos los ciudadanos y que el vivir en una sociedad organizada, implica que todos debemos contribuir a otorgarle los fondos necesarios para cumplir la razón de su existencia, cual es, prestar servicios públicos. Los ciudadanos saben que el Estado debe satisfacer las necesidades esenciales de la comunidad. La sociedad demanda cada vez con mayor fuerza que el Estado preste los servicios esenciales como salud, educación, seguridad, justicia, etc., pero que estos servicios los preste con mayor eficiencia. La formación de la conciencia tributaria se asienta en dos bases que son la importancia que el individuo le otorga al impuesto que paga como un aporte justo, necesario y útil para satisfacer las necesidades de la colectividad a la que pertenece, y en que da prioridad al aspecto social sobre el individual, y considera al evasor como un sujeto antisocial que con su accionar arremete contra toda la sociedad. El ciudadano observa a su alrededor un altísimo grado de corrupción, y no está pensando en los miserables puestos de los “ambulantes” sino en la evasión fiscal de las enormes empresas (televisas, telmex, bancos y otras extranjerías) así como de las medianas, chicas y de todo tamaño que sin excepción actúan de manera antisocial. fjchain@hotmail.com
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