lunes, julio 2

El Referéndum

Fco. Javier Chaín Revuelta

En un régimen democrático y distinto al reino de México los votantes tienen derecho de pedir un referéndum por cada ley que se apruebe en el congreso. A veces el requisito puede ser recabar algunas decenas de miles de firmas que en un país de decenas de millones de habitantes no resulta difícil. Toda reforma constitucional decidida por el congreso debe ser sometida a los votantes. También un mínimo de 100,000 votantes puede solicitar una reforma constitucional, la cual primero será debatida en el congreso pero finalmente se decidirá por referéndum popular. Este instrumento de iniciativa popular constitucional es ampliamente utilizado y se aplica a cualquier tema sobre el cual la gente desee tomar una decisión. Note usted con lo anterior que usted aun vive bajo un sistema primitivo y cavernícola donde el rey y la reina junto con una espléndida corte de nobles congresistas llenos de prebendas, edecanes y privilegios, deciden por usted y las mayorías, sobre los asuntos importantes que les afectan.

Algunos cavernícolas que navegan por este mundo creyéndose de verdad ser representantes populares, distritales o plurinominales sólo porque aparecen en la nómina y canal del Congreso de este reino, no alcanzan a comprender aún que la llamada democracia representativa ni es democracia ni es representativa, por la sencilla razón que la soberanía no puede ser representada porque es inalienable e indivisible y, que además, consiste esencialmente en la voluntad general, y la voluntad no se representa. Los pueblos gobernados por representantes se engañan al creerse libres, podrían serlo solamente el día que eligen al congreso, pero inmediatamente regresan a su condición de pueblo esclavo. Es tal la vanagloria de los cortesanos representantes que como ejemplo podemos citar que Benjamín Franklin afirmaba que “En cuanto a quienes no poseen bienes raíces, el permitirles que voten es impropio” El referéndum, plebiscito y otras formas de la democracia directa se vuelven un recurso indispensable en los procesos políticos del presente, cuando existe una innegable crisis en las instituciones representativas (sistemas de partidos, cuerpos electorales, congresos, fraudes, tribunales, etc.) y cierta decadencia en la cultura democrática, que se traduce tanto en el abstencionismo electoral, provocado por el desencanto ciudadano, como en el surgimiento de nuevos sujetos sociales y prácticas no democráticas como las privatizaciones inconsultas (electricidad, petróleo) por parte de los reinos latinoamericanos y las justas reacciones de protesta de las personas ante un capitalismo salvaje enmascarado en globalización.

Ya Platón colocaba a la democracia como la mejor de lo peor, y Bobbio en su concepción procesal de la democracia sólo puede explicarla “...en cuanto contrapuesta a todas formas de gobierno autocrático, es considerarla caracterizada por un conjunto de reglas (primarias o fundamentales) que establecen quien está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo que procedimientos.” Entonces en la “democracia” representativa que se padece, sólo están autorizados a tomar las decisiones colectivas aquellos individuos que dizque representan a la colectividad y los procedimientos bajo los cuales las toman, están confusamente definidos en un sistema normativo jerarquizado, impositivo y reglamentado a la conveniencia de los “partidos” y de los jerarcas del reino. Antes tantas malas y equivocadas decisiones de los “representantes” es la hora que la plebe, el pueblo, ocupe ya de una vez por todas la soberanía que se le ha arrebatado. fjchaín@hotmail.com

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