lunes, julio 16

Paradojas de la Historia

Fco. Javier Chaín Revuelta

Ya para 1821, hace apenas 186 años del calendario cristiano, en Europa Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770 –1831) había introducido un sistema para entender la historia del mundo, llamado a menudo “dialéctica”. Una progresión en la que cada movimiento sucesivo surge como solución de las contradicciones inherentes al movimiento anterior. Por ejemplo, la Revolución Francesa constituye para Hegel la introducción de la verdadera libertad a las sociedades occidentales por vez primera en la historia escrita.

En la desde entonces revolucionada América las tropas realistas el 5 de julio de ese año deponen al virrey Apodaca en la Nueva España y para el 17 de ese mes el territorio de Florida pasaba de la soberanía española a la de Estados Unidos, siendo Andrew Jackson su primer gobernador militar. ¿Acaso un día la soberanía de Méjico cambiará de mando?

Meses antes, febrero 24/1821, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide proclamaban el Plan de Iguala en la cual declaraban la independencia de México, bajo tres principios fundamentales: Establecer la Independencia de México de parte de España. Establecer la Religión Católica como única. Establecer la unión de todos los grupos sociales. Como observará el lector a la fecha se ha cumplido sólo el primero, ya que los derechos humanos actuales garantizan a las personas, al igual que la Constitución del Imperio Mexicano, la libertad de creencias. Sobre el tercer principio, aun este nuevo país se encuentra muy lejos de establecer la unión entre los grupos sociales, aun el club de arquitectos no invita a sus albañiles a sus bodas familiares ni a nadar a sus albercas.

Más tarde, estos tres principios del Plan de Iguala, que fueron religión, independencia y unión se convirtieron en las tres garantías que promovió el ejército y por lo cual se hizo llamar ejército trigarante. Según este plan, el gobierno que adoptaría México como nación independiente sería el de una monarquía moderada, cuya corona sería otorgada a Fernando VII (miembro de la Casa de los Borbones), o en su defecto, algún otro príncipe europeo.

El plan suprimía, además, las distinciones étnicas entre los habitantes de la hasta entonces Nueva España; declaraba la igualdad de todos los individuos y, por lo tanto, en adelante todos tendrían los mismos derechos. Para gobernar al nuevo país en lo que llegaba un príncipe a ocupar la corona, el plan proponía la creación de una "Junta Gubernativa" y, posteriormente, una Regencia que se encargaría de gobernar en lo que se elegía al nuevo emperador. Además convocaría a Cortes para elaborar una Constitución. Finalmente, exhortaba a los insurgentes a incorporarse al ya mencionado Ejército Trigarante, cuyo líder sería Agustín de Iturbide.

Revisando los sucesos de hace 186 años la nota no puede soslayar que la filosofía de la historia hegeliana está marcada por los conceptos de las "astucias de la razón" y la "burla de la historia"; la historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios, paradójicos, a los pretendidos por sus autores. Finalmente la historia se reordena, y en un bucle fantástico retrocede sobre sí misma y con su burla y paradoja sarcástica, crea también ella misma sin quererlo, otras realidades y símbolos. fjchain@hotmail.com

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