PALABRAS DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO CONSULTIVO PARA UN PROYECTO ALTERNATIVO DE NACIÓN, PORFIRIO MUÑOZ LEDO, EN LA ASAMBLEA PERMANENTE EN EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
Ciudadano Andrés Manuel López Obrador, presidente elegido por los mexicanos.
Compañeras y compañeros:
Lo ha dicho con toda claridad Horacio Duarte. Estamos en una semana crucial para la historia del país. Pero lo que cuenta es que los que aquí estamos y a todo el que representamos son actores de la historia.
En esta semana se ha cerrado el periodo de instrucciones. Espero que eso no signifique que han recibido instrucciones.
Tiene el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la responsabilidad de preservar el orden jurisdiccional de acuerdo con la ley y con su propia jurisprudencia.
Hay dos razones que pueden determinar el cambio de resultado o la anulación de la elección:
La primera es que haya un margen muy estrecho, lo que es obvio y que cada día se acorta más. Y lo segundo es que haya evidencias de que hubo irregularidades que pudieran afectar el resultado de la elección. Tiene que ser congruente con sus fallos anteriores.
Estamos convocando para el próximo 16 de septiembre a una gran Convención Nacional que tiene muchos antecedentes en nuestra historia: el congreso de Chilpancingo, la soberana Convención Revolucionaria de 1910.
Lo que estamos buscando es devolverle, por la vía directa, el poder al pueblo. Lo que nos han escamoteado a lo largo de estos años es la participación social en la toma de decisiones.
El artículo 39 es absolutamente claro: “El pueblo tiene en todo momento el derecho inalienable de modificar o cambiar la forma de su gobierno”.
Lo que estamos buscando es acabar una vieja historia de simulaciones, donde el poder está adornado por la aparente legalidad y donde el pueblo está privado de la justicia.
Hoy tenemos algo muy grave que lamentar: las declaraciones desorbitadas, insensatas, del ciudadano Vicente Fox.
Fuera de toda visión constitucional, él ha tomado partido y está lanzando la consigna del eco consumado, él se está robando la facultad de impedir, en su criterio, por cuarta vez la decisión soberana del pueblo de México a favor de un movimiento de izquierda.
Ayer, Andrés Manuel nos narró tres episodios: el episodio de la conspiración a través de los videos, el episodio del desafuero, el episodio de la vía fraudulenta para la elección y ahora estamos viviendo el cuarto, que es el de la imposición.
¿Qué es lo que nos dice en su declaración pública Vicente Fox? Primero, que estamos implantando un movimiento extremista, que nosotros estamos en el extremo. Él es el que se encuentra en el extremo de deslealtad a la democracia, se ha convertido en un agente panfletario de la derecha nacional e internacional y se empeña en consumar la violación del sufragio público. Eso es extremismo. Aquí hay inteligencia, racionalidad y moderación.
Nos acusa Fox de ser mesiánicos, de ser mesías, que estamos ofreciendo una inalcanzable tierra prometida. Él es el que está inventando una visión sectaria de la historia de México. Él es el que está... de desnacionalización del Estado. Él es el que representa a los grupos más extremistas y más radicales que han conspirado contra el Estado laico y contra la soberanía de la Nación. Eso es un mesianismo de derecha.
Nosotros, en cambio, hemos luchado desde el origen de nuestro movimiento por una República libre, con conciencia histórica, plural, justa e independiente.
Dice también Vicente Fox que somos apocalípticos. ¿Qué entiende Fox por Apocalipsis? Había cuatro jinetes, ¿se acuerdan? Cuatro jinetes eran los malos de aquél tiempo. Él es el que encarna a los jinetes del Apocalipsis. Los ha montado con sus votas vaqueras.
El primero de los jinetes era el hambre. Él ha hambreado al pueblo de México, él ha disminuido el ingreso de los mexicanos.
El segundo era la muerte. Nosotros, que estamos cumpliendo 20 años del movimiento democrático, jamás hemos agredido a nadie, jamás hemos matado a nadie. Entre 86 y 88 mataron a más de 500 de nuestros compañeros. El Apocalipsis está del otro lado. Él está instigando a la violencia por la vía de la imposición. Él es, ya lo dije, un incendiario disfrazado de bombero.
El otro jinete del Apocalipsis era la peste. La peste era un mal incontrolable que mataba a las multitudes sin defensa. El modelo económico que quieren implantarnos implica no solamente la preservación de la pobreza por generaciones sino la degradación del hombre y de la naturaleza; el empobrecimiento letal, físico, étnico y moral del pueblo de México
La guerra era el cuarto jinete del Apocalipsis. ¿Quiere la guerra Fox? Que lo diga. Nosotros somos la paz. Yo le pido, y no digo con respeto, porque no le tengo respeto a Vicente Fox, que no sea desvergonzado. Han ocupado el Congreso de la Unión con tanquetas, hay siete retenes. He hablado ayer a las Naciones Unidas y me han contestado que, en efecto, no hay un solo país sobre la tierra, de 197 países, en que el Parlamento esté ocupado por el Ejército. Eso se llama pinochetismo.
Quiero destacar, sin embargo, declaraciones prudentes, constructivas y hasta alentadoras del Secretario de la Defensa Nacional. Ha dicho que todos, sin excepción, estamos obligados a escuchar y respetar el mandato de la sociedad y ha dicho, además, que el hecho de que los ciudadanos en uso de nuestras libertades constitucionales estemos ocupando el Zócalo y el Centro Histórico de nuestro país no representa una afrenta para el Ejército Nacional, no representa una afrenta para el Ejército Nacional.
Fox dice, por otro lado, que los mexicanos vamos a celebrar el 15 de septiembre y el 16, como lo manda la Constitución. Quiero aclararle al señor Fox que no ha leído la Constitución, que no hay ninguna prescripción en ese sentido.
Es una antigüa tradición. Los gobernantes del siglo XIX celebraban la Independencia a la hora en que Miguel Hidalgo dio el grito, a las seis de la mañana, en Palacio Nacional. Se pasó al 15 en la noche como parte del festejo palaciego de Porfirio Díaz cuyo cumpleaños, como el mío, era el 15 de septiembre.
¿Qué ha dicho el general Secretario? Que no es incompatible la presencia del pueblo y la presencia del Ejército. Nos ha traído a la memoria los días más gloriosos de nuestro pasado: la entrada a esta capital del Ejército Trigarante el 27 de septiembre de 1821, la entrada a esta ciudad el 15 de marzo de 1915 del Ejército Constitucionalista.
Este país fue grande cuando el Ejército era una expresión de pueblo y el pueblo se veía reflejado en su Ejército.
Tenemos dos instancias institucionales: Una en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que tiene que velar por la constitucionalidad de los actos y el Tribunal Electoral, y el otro es el Ejército Nacional, que no es el guardián de la autoridad, es el guardián de las instituciones democráticas del país.
Compañeras y compañeros:
Sigamos adelante. Esta es una historia que no se acaba. ¡Ganaremos! ¡Ganaremos por un camino o por otro! El camino de respeto al voto popular. Pero ahí no se va a acabar el problema, estamos en una lucha histórica que va durar meses y años y generaciones por afirmar la dignidad, la independencia y la soberanía de México.
¡Que viva López Obrador!
¡Que viva la República!
¡Que viva México!
Ciudadano Andrés Manuel López Obrador, presidente elegido por los mexicanos.
Compañeras y compañeros:
Lo ha dicho con toda claridad Horacio Duarte. Estamos en una semana crucial para la historia del país. Pero lo que cuenta es que los que aquí estamos y a todo el que representamos son actores de la historia.
En esta semana se ha cerrado el periodo de instrucciones. Espero que eso no signifique que han recibido instrucciones.
Tiene el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la responsabilidad de preservar el orden jurisdiccional de acuerdo con la ley y con su propia jurisprudencia.
Hay dos razones que pueden determinar el cambio de resultado o la anulación de la elección:
La primera es que haya un margen muy estrecho, lo que es obvio y que cada día se acorta más. Y lo segundo es que haya evidencias de que hubo irregularidades que pudieran afectar el resultado de la elección. Tiene que ser congruente con sus fallos anteriores.
Estamos convocando para el próximo 16 de septiembre a una gran Convención Nacional que tiene muchos antecedentes en nuestra historia: el congreso de Chilpancingo, la soberana Convención Revolucionaria de 1910.
Lo que estamos buscando es devolverle, por la vía directa, el poder al pueblo. Lo que nos han escamoteado a lo largo de estos años es la participación social en la toma de decisiones.
El artículo 39 es absolutamente claro: “El pueblo tiene en todo momento el derecho inalienable de modificar o cambiar la forma de su gobierno”.
Lo que estamos buscando es acabar una vieja historia de simulaciones, donde el poder está adornado por la aparente legalidad y donde el pueblo está privado de la justicia.
Hoy tenemos algo muy grave que lamentar: las declaraciones desorbitadas, insensatas, del ciudadano Vicente Fox.
Fuera de toda visión constitucional, él ha tomado partido y está lanzando la consigna del eco consumado, él se está robando la facultad de impedir, en su criterio, por cuarta vez la decisión soberana del pueblo de México a favor de un movimiento de izquierda.
Ayer, Andrés Manuel nos narró tres episodios: el episodio de la conspiración a través de los videos, el episodio del desafuero, el episodio de la vía fraudulenta para la elección y ahora estamos viviendo el cuarto, que es el de la imposición.
¿Qué es lo que nos dice en su declaración pública Vicente Fox? Primero, que estamos implantando un movimiento extremista, que nosotros estamos en el extremo. Él es el que se encuentra en el extremo de deslealtad a la democracia, se ha convertido en un agente panfletario de la derecha nacional e internacional y se empeña en consumar la violación del sufragio público. Eso es extremismo. Aquí hay inteligencia, racionalidad y moderación.
Nos acusa Fox de ser mesiánicos, de ser mesías, que estamos ofreciendo una inalcanzable tierra prometida. Él es el que está inventando una visión sectaria de la historia de México. Él es el que está... de desnacionalización del Estado. Él es el que representa a los grupos más extremistas y más radicales que han conspirado contra el Estado laico y contra la soberanía de la Nación. Eso es un mesianismo de derecha.
Nosotros, en cambio, hemos luchado desde el origen de nuestro movimiento por una República libre, con conciencia histórica, plural, justa e independiente.
Dice también Vicente Fox que somos apocalípticos. ¿Qué entiende Fox por Apocalipsis? Había cuatro jinetes, ¿se acuerdan? Cuatro jinetes eran los malos de aquél tiempo. Él es el que encarna a los jinetes del Apocalipsis. Los ha montado con sus votas vaqueras.
El primero de los jinetes era el hambre. Él ha hambreado al pueblo de México, él ha disminuido el ingreso de los mexicanos.
El segundo era la muerte. Nosotros, que estamos cumpliendo 20 años del movimiento democrático, jamás hemos agredido a nadie, jamás hemos matado a nadie. Entre 86 y 88 mataron a más de 500 de nuestros compañeros. El Apocalipsis está del otro lado. Él está instigando a la violencia por la vía de la imposición. Él es, ya lo dije, un incendiario disfrazado de bombero.
El otro jinete del Apocalipsis era la peste. La peste era un mal incontrolable que mataba a las multitudes sin defensa. El modelo económico que quieren implantarnos implica no solamente la preservación de la pobreza por generaciones sino la degradación del hombre y de la naturaleza; el empobrecimiento letal, físico, étnico y moral del pueblo de México
La guerra era el cuarto jinete del Apocalipsis. ¿Quiere la guerra Fox? Que lo diga. Nosotros somos la paz. Yo le pido, y no digo con respeto, porque no le tengo respeto a Vicente Fox, que no sea desvergonzado. Han ocupado el Congreso de la Unión con tanquetas, hay siete retenes. He hablado ayer a las Naciones Unidas y me han contestado que, en efecto, no hay un solo país sobre la tierra, de 197 países, en que el Parlamento esté ocupado por el Ejército. Eso se llama pinochetismo.
Quiero destacar, sin embargo, declaraciones prudentes, constructivas y hasta alentadoras del Secretario de la Defensa Nacional. Ha dicho que todos, sin excepción, estamos obligados a escuchar y respetar el mandato de la sociedad y ha dicho, además, que el hecho de que los ciudadanos en uso de nuestras libertades constitucionales estemos ocupando el Zócalo y el Centro Histórico de nuestro país no representa una afrenta para el Ejército Nacional, no representa una afrenta para el Ejército Nacional.
Fox dice, por otro lado, que los mexicanos vamos a celebrar el 15 de septiembre y el 16, como lo manda la Constitución. Quiero aclararle al señor Fox que no ha leído la Constitución, que no hay ninguna prescripción en ese sentido.
Es una antigüa tradición. Los gobernantes del siglo XIX celebraban la Independencia a la hora en que Miguel Hidalgo dio el grito, a las seis de la mañana, en Palacio Nacional. Se pasó al 15 en la noche como parte del festejo palaciego de Porfirio Díaz cuyo cumpleaños, como el mío, era el 15 de septiembre.
¿Qué ha dicho el general Secretario? Que no es incompatible la presencia del pueblo y la presencia del Ejército. Nos ha traído a la memoria los días más gloriosos de nuestro pasado: la entrada a esta capital del Ejército Trigarante el 27 de septiembre de 1821, la entrada a esta ciudad el 15 de marzo de 1915 del Ejército Constitucionalista.
Este país fue grande cuando el Ejército era una expresión de pueblo y el pueblo se veía reflejado en su Ejército.
Tenemos dos instancias institucionales: Una en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que tiene que velar por la constitucionalidad de los actos y el Tribunal Electoral, y el otro es el Ejército Nacional, que no es el guardián de la autoridad, es el guardián de las instituciones democráticas del país.
Compañeras y compañeros:
Sigamos adelante. Esta es una historia que no se acaba. ¡Ganaremos! ¡Ganaremos por un camino o por otro! El camino de respeto al voto popular. Pero ahí no se va a acabar el problema, estamos en una lucha histórica que va durar meses y años y generaciones por afirmar la dignidad, la independencia y la soberanía de México.
¡Que viva López Obrador!
¡Que viva la República!
¡Que viva México!
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