Cuento del “Charro” y el “Empecinado”
Fco. Javier Chaín Revuelta
Poco antes del grito de Dolores (1810) El 7 de julio de 1808, Napoleón Bonaparte, del que algunos políticos mejicanos aún insisten en identificarse mostrando su efigie en sus elegantes despachos, nombró a su hermano mayor Giuseppe Napoleone Buonaparten como rey de España, con el nombre oficial de José I de España y conocido popularmente como Pepe Botella. Entronizó en Madrid en plena guerra de independencia tras la sublevación popular del 2 de mayo de 1808. El cronista del pincel don Francisco de Goya legó a la ilustración uno de los episodios del levantamiento conocido como “La carga de los mamelucos”
Sin ejército, los españoles de las zonas ocupadas desarrollan la guerra de guerrillas, como un modo de desgastar y estorbar la invasión francesa. Se trata de grupos de poca gente, conocedores del terreno que pisan, que hostigan con rápidos golpes de mano a las tropas enemigas, para disolverse inmediatamente y desaparecer en los montes. Es tal su eficacia que el dominio francés no pasa más allá de las ciudades, quedando el campo bajo el control de las partidas guerrilleras de líderes como Espoz y Mina, Jerónimo Merino, Julián Sánchez, "el Charro", o Juan Martín "el Empecinado”.
Expulsados los napoleones negocian con Fernando VII una salida. Recupera “el deseado” su corona (comienzos de 1814) y pacta la paz con Francia. Ni los deseos de los españoles, verdaderos protagonistas de la liberación, ni los intereses de los afrancesados que habían seguido al exilio al rey José, son tenidos en cuenta. Con la firma del tratado de Valençay que lo restituye en el trono, se inicia el tiempo de desilusiones para todos aquellos, como los diputados reunidos en las Cortes de Cádiz, que habían creído que la lucha contra los franceses era el comienzo de la revolución española y también el comienzo de
El cura Hidalgo conoce como Cortes de Cádiz a
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