Líderes de izquierda aclaran que la protesta no fue contra el gobierno de Romano Prodi
Exigen un millón de italianos cancelar reformas contra el Estado de bienestar
El premier ya no tiene mayoría, dice el ministro de Justicia; posible, anticipar elecciones, asegura
La red de transportes de Francia vuelve parcialmente a la normalidad después del paro del jueves
Roma, 20 de octubre. Al menos un millón de personas marcharon hoy por el centro de la capital italiana para exigir al gobierno de Romano Prodi la cancelación de las reformas que deterioran el Estado de bienestar, manifestación que puso entre dos fuegos al gobierno centroizquierdista de Italia, donde simpatizantes de los partidos de derecha salieron recientemente a protestar contra decisiones gubernamentales en materia presupuestal.
La manifestación de hoy reunió a militantes de Refundación Comunista y del Partido de los Comunistas Italianos que, con banderas banderas rojas y carteles de Ernesto Che Guevara exigieron al gobierno que incline sus decisiones más hacia la izquierda, especialmente en temas como las reformas sociales y las pensiones.
La convocatoria de los izquierdistas –que cuentan con algunos puestos en el gabinete de Prodi– fue centro de controversia durante la semana porque, según analistas políticos locales, constituye una presión de los mismos aliados del gobierno, que asumió su mandato en 2006 tras vencer en cerrada contienda electoral a los derechistas de la Casa de las Libertades, encabezados por el magnate de los medios, Silvio Berlusconi.
Los dirigentes de la izquierda dijeron que su manifestación no es contra Prodi, quien recientemente firmó un acuerdo con los sindicatos para elevar la edad de jubilación y se resiste a revocar una ley que facilita la contratación y el despido de trabajadores.
El pasado viernes, desde Lisboa –donde participó en una reunión de la Unión Europea–, Prodi negó que le preocupara la convocatoria a la manifestación de protesta “contra la precariedad”.
“No es contra el gobierno, del cual somos parte, eso sería dañarnos a nosotros mismos”, dijo Oliviero Diliberto, jefe del Partido Comunista. “Es para pedirle que haga mejor las cosas”, agregó.
Dirigentes comunistas insistieron durante la manifestación que ésta no busca dañar ni significa un tipo de referendo sobre el Ejecutivo porque “somos lo mismo”. La gente, dijo Genaro Migliore, de Refundación Comunista, sólo quiere “mejorar su situación”.
El ministro de Justicia, Clemente Mastella, quien preside un pequeño partido político de centro, dijo en la edición de hoy de un diario local que Prodi ya no tiene mayoría parlamentaria y consideró posible anticipar las elecciones generales en la primavera de 2008, tres años antes de lo previsto.
Prodi minimizó tal especulación y catalogó de ficticio un artículo de un diario que aseguraba que él admitió a los líderes de la marcha de este sábado que su gobierno probablemente colapsará en octubre o noviembre debido a deserciones en el Senado.
“Es todo absolutamente inventado”, dijo Prodi al comentar las especulaciones sobre lo que para algunos constituye una crisis de gobierno, en parte atribuida a la cerrada votación del año pasado.
La estrecha victoria electoral de Prodi en abril del 2006 le dio una ajustada mayoría en la Cámara alta, donde cada política importante enfrenta el riesgo de ser vetada. Prodi ya renunció una vez, en febrero de este año, después de la deserción de izquierdistas en una votación del Senado, pero retornó al cargo tras obtener un voto de confianza.
Prodi dijo que su intención es terminar su mandato de cinco años y luego retirarse de la arena política, pero muchos críticos dicen que es poco probable que logre mantener unida por tanto tiempo a su frágil coalición.
Hace algunas semanas, fuerzas políticas de derecha protagonizaron una manifestación de protesta contra Prodi que estuvo apoyada por juventudes neonazis.
Malestar obrero en Europa
Francia también fue escenario esta semana de una protesta contra las reformas que buscan recortar los beneficios del llamado “Estado de bienestar”.
Este sábado la red de transportes de París y del resto del país volvieron parcialmente a la normalidad, después de la huelga del jueves anterior que paralizó el país en protesta por los cambios a la ley de pensiones, que amplía los tiempos laborales para los trabajadores de entidades estatales, como ferrocarriles y las empresas de gas y electricidad.
La RATP anunció que sólo funcionaban dos o tres servicios del Metro, y que había serias interrupciones en dos líneas locales del sistema de trenes subterráneos.
El administrador ferroviario SNCF informó que las líneas del tren interurbano de alta velocidad TGV estaban volviendo a la normalidad, y que la mayoría de los transportes regionales estaban ya en calidad de operativos.
Sin embargo, sostuvo que todavía había problemas en las ciudades de Marsella, Chambery y Clermont-Ferrand.
En respuesta a las iniciativas del presidente conservador francés, Nicolas Sarkozy, quien asumió el poder en junio pasado, los huelguistas provocaron el jueves pasado un cese casi total de los servicios ferroviarios, y las serias interrupciones de los trenes se extendieron hasta el viernes, lo que afectó a miles de viajeros que se vieron hacinados en los pocos transportes que funcionaban.
Los trabajadores huelguistas están divididos debido a una oferta entregada a los conductores de tren del sindicato FGAAC, que les permitiría retirarse hasta cinco años antes que otros empleados, denunciado aquí como soborno.
Sin embargo, el resto de los sindicatos anunció que continuará con la presión antipatronal y que la próxima semana se reunirá para evaluar futuras acciones.
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