Villahermosa, Tab. 1º de noviembre. Al cumplirse el sexto día de la crisis que enfrenta el estado, el gobernador Andrés Granier dio a conocer que la cifra de personas afectadas por las inundaciones alcanza ya un millón, casi la mitad de la población tabasqueña. Detalló que en la capital, de 700 mil habitantes, 500 mil están “en el agua”.
Por su parte, el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, destacó que la magnitud alcanzada por las inundaciones en Tabasco “nos han rebasado a todos”, aunque subrayó que los esfuerzos de los gobiernos federal y estatal están al máximo para reducir el impacto de la emergencia. Por ahora, destacó, hay saldo blanco en la entidad.
En un balance de la situación en Tabasco y los apoyos del gobierno federal, el funcionario manifestó que las tareas de vigilancia del Ejército en las colonias, para evitar saqueos, tuvieron que reconsiderarse para dar prioridad al apuntalamiento con costales de los puntos críticos de posibles desbordamientos del Grijalva.
Ramírez Acuña aseveró que el desfogue de la presa Peñitas pasó de 2 mil a mil 500 metros cúbicos por segundo para tratar de reducir la inundación en Tabasco.
–¿Cuántos recursos se han destinado a esta emergencia del Fondo de Desastres Naturales?
–Los que sean necesarios. Esa ha sido la instrucción.
Ramírez Acuña recordó que existe un señalamiento del gobernador Granier para indagar el destino de los millonarios recursos que se habían destinado al Programa Integral Contra Inundaciones (PICI), por lo que se habrá de investigar qué sucedió con esa partida que debería destinarse a crear la infraestructura que dotara de mayor seguridad a la entidad.
–¿Existe corrupción o negligencia?
–Eso vamos a investigar –respondió Ramírez Acuña.
De su lado, Rúrico Domínguez Mayo, director estatal de Protección Civil, afirmó que se han dispuesto alrededor de 300 albergues; de ellos, más de 100 se ubican en la capital del estado. Comentó que tienen preparado 994 refugios en todo el territorio tabasqueño. Informó que cerca de mil familias han sido evacuadas de la zona de Las Gaviotas, Monal, San José, Torno Largo y La Manga.
Ante la escases de albergues por la multiplicación de damnificados que de diversas colonias y comunidades piden auxilio mediante los medios de comunicación, Andrés Granier reiteró a quienes todavía no tienen problemas de inundación que “den posada a quien necesite, y se solidaricen con la gente, porque en estos días un domicilio seco es un albergue”.
Hoy las estaciones de gasolina y las empresas expendedoras de agua embotellada se vieron colmadas por lugareños que arreciaron las compras de pánico ante la versión de que habría desabasto por la contingencia. El gobernador tuvo que afirmar desde la televisión local, que no hay necesidad de estar comprando víveres, pues dijo que los alimentos están garantizados en el estado.
Advirtió que se actuará en contra de quienes vendan los garrafones de agua a 80 pesos, cuando su precio normal es de 17 pesos. “Voy a girar instrucciones para meterlos presos, porque no se vale lucrar con el dolor de la gente”, indicó.
Granier aseveró que sería egoísta de su parte decir que está solo, pues dijo que su mayor fuerza en esta lucha contra la contingencia ha sido el pueblo tabasqueño.
Hoy, tras el desbordamiento del río Carrizal sobre la carretera Villahermosa-Frontera, esta capital quedó prácticamente incomunicada, pues sólo hay paso por la carretera Cárdenas-Villahermosa para los tráiler que llevan alimentos para los damnificados.
Cientos de personas que pretendían salir del estado, no pudieron hacerlo por ninguna de las carreteras, porque se encuentran anegadas por las fuertes corrientes de los diferentes ríos que se han desbordado, principalmente el Carrizal y el Grijalva.
Por la tarde fue desalojado el Hospital General del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde las corrientes del río Carrizal alcanzaron más de medio metro y cruzaron sobre la carretera Villahermosa-Frontera. Los enfermos fueron trasladados a otros nosocomios de Villahermosa y de la capital del país. También se pusieron a salvo medicamentos, equipo e instrumentos médicos.
El desbordamiento de este río anegó las oficinas de la Central Camionera e inundó las instalaciones de ADO, cuyas unidades fueron trasladadas al área de la Ciudad Deportiva, considerada una de la más altas de la ciudad. Además, el torrente causó estragos en el mercado Pino Suárez, el principal centro de abasto de Villahermosa.
Las aguas del Carrizal traen consigo otros peligros para las familias de esa área, ya que se observó la presencia de lagartos y culebras en la zona inundada.
Revientan diques
Por la noche, el gobernador del estado convocó a quienes viven en el centro de la ciudad a evacuar totalmente la zona porque “reventaron” varios de los diques de arena que contenían las aguas del río Grijalva. En el otro extremo de la ciudad, el río Carrizal incrementó también sustancialmente su caudal, por lo que se llamó a la población a concentrarse en las partes altas de Villahermosa.
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