Falló el anunciado consenso: 351 diputados en favor, 85 en contra y 4 abstenciones
Inútil esfuerzo de minipartidos; PAN, PRI y parte del PRD avalan el Cofipe
Con el método fast track se dispensó la primera lectura a la minuta que envió el Senado
Sin cambios, el tema de las coaliciones y la asignación de candidaturas a mujeres
El afanoso y por momentos tortuoso esfuerzo de los grupos parlamentarios de Convergencia, PT, Nueva Alianza y Alternativa, acompañado por una tercera parte del PRD, fue inútil al tratar de evitar la aprobación de la minuta enviada por la Cámara de Senadores sobre las reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), que suprime las coaliciones. Por el contrario, el PAN, un sector de perredistas y el PRI impidieron que se modificara una sola coma del dictamen.
Con una votación que no reflejó “el mayor consenso posible”, 351 votos en favor, 85 en contra –de éstos, 43 de perredistas– y cuatro abstenciones quedó finiquitada la reforma secundaria en materia electoral. En procedimiento fast track, el pleno camaral dispensó la primera lectura del texto y dio paso inmediato a la discusión.
Desde el mediodía se anticipó que las tres principales fuerzas políticas habían consensuado la aprobación de la minuta sin aplicar un solo cambio. La sensación de la aplanadora provocó frustración entre algunos legisladores, que en el pleno camaral manifestaron su enojo por la dispensa del trámite legislativo y la actitud complaciente de Diódoro Carrasco Altamirano, presidente de la Comisión de Gobernación que presentó el dictamen, quien facilitó la acelerada votación.
El neopanista, quien por momentos se paseó entre las curules de su antiguo partido, el PRI, estrechándose en un abrazo con Emilio Gamboa Patrón, cruzó por la zona designada a Convergencia. Ahí, el veracruzano José Manuel del Río Virgen le gritó con ironía: “¡No aceptaremos ni tu saludo, ni tus migajas! ¡Fuera, fuera, fuera…!”
Para esa hora, desde la tribuna camaral la coordinadora de Alternativa, Marina Arvizu; la diputada de Nueva Alianza, Mónica Arreola; el coordinador de Convergencia, Alejandro Chanona, así como los perredistas Valentina Batres, Juan Guerra, Claudia Cruz y Aleida Alavez habían expresado su rechazo absoluto a la exclusión que implicaba la minuta contra los partidos minoritarios.
Sobre todo, el enojo se manifestó con dureza cuando se corroboró que a pesar de un acuerdo entre coordinadores no se corrigió el desequilibrio en la asignación de candidaturas que afecta a las mujeres.
Un grupo de diputadas desplegó frente a la tribuna una pancarta con la leyenda: “Sin equidad la democracia no va”. La manifestación no provocó mayor reclamo, pero concitó el respaldo de panistas, quienes se enfundaron en una playera blanca y lila. Marina Arvizu se dirigió a la presidencia para entregarle una prenda a Ruth Zavaleta, quien se la puso sobre su elegante traje sastre rojo.
Aun así, nada cambió la suerte de la minuta, ni siquiera en lo relativo a equidad de género. Ya se había definido que no habría modificación alguna para evitar que fuera devuelta al Senado con cambios. A pesar de ello, Alejandro Chanona endureció el discurso contra los tres partidos mayoritarios. “Esta exclusión se acompaña hoy de la soberbia de quienes ayer dóciles al poder mediático, hoy se sienten los nuevos mandarines de la política, como si el poder político no fuera sino el mandato de la ciudadanía para ejercerlo a su favor y en el marco del buen gobierno.”
Guerra Ochoa emitió una analogía del mundo al revés: “lo que no es razonable de quienes a veces se quieren ir por la izquierda, es que terminan saliendo por la derecha. ¡Cuidado, de veras! No hay que irse demasiado al extremo de la izquierda porque se sale por la derecha, y se pueden esgrimir muchas cosas que sin duda faltaron”.
Valentina Batres, una de las más activas críticas de la minuta, acaparó buena parte de las 139 reservas a artículos para la discusión en lo particular. Participó en agrio intercambio con Ruth Zavaleta por términos de procedimiento legislativo, y también hizo un llamado a sus compañeros al señalarles que los adversarios no están en la izquierda, sino en la derecha.
Incluso, el legislador por Nueva Alianza, Manuel Cárdenas, solicitó que Zavaleta diera por terminada la sesión porque en el salón de plenos no había ni cien de los 500 diputados. La presidenta de la Cámara convocó a rectificar el quórum, y de inmediato los ausentes regresaron para evitar que concluyera la sesión.
En ningún momento hubo asomos de los tres partidos con mayor representación de modificar la minuta. El debate tomó diferentes matices. El diputado por Convergencia José Luis Aguilera retó al coordinador del PRD en el Senado, Carlos Navarrete Ruiz, a debatir cara a cara, “como los hombres”.
Esto propició que panistas y priístas se enojaran y dio pie a una reunión de los coordinadores parlamentarios, en el área de tras banderas, para definir la hora en que deseaban terminar el debate y la sesión, porque los partidos minoritarios pretendían prolongarla ad infinitum.
Como la minuta fue acordada y no había necesidad de hacerle modificación alguna, los coordinadores decidieron que el límite sería las 20:30 horas. Así fue. De nada sirvieron los reclamos constantes y las acusaciones de la “instauración de una partidocracia” por PAN, PRD y PRI.
Ante la aplanadora, Valentina Batres decidió retirar la mayor parte de sus reservas para abandonar el recinto, al igual que los integrantes de Convergencia, PT, Panal y Alternativa. Aprobada la minuta, se envió al Ejecutivo para que la publique en el Diario Oficial de la Federación.
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