Un aumento mayor crearía “problemas de tesorería”: industriales; prometen revisar precio en 2008
Rechazan cañeros incremento de 3.25% por tonelada; exigen 8.25
Culpa la CNIAA a Economía de sobreoferta; autorizó importaciones cuando está garantizado el abasto nacional
Estamos poniendo en riesgo la producción, advierten industriales a campesinos
La Jornada',650,600); return false;" href="#">Ampliar la imagen Cañeros del país insisten en que empezarán la zafra hasta que aumente el precio del azúcar. La imagen, en el El Naranjo, San Luis Potosí Foto: La Jornada
Los propietarios de los ingenios sólo pueden pagar un incremento de 3.25 por ciento al precio de la tonelada de caña y revisar la cotización a mediados del próximo año, por lo que insistir en un aumento de 8.25 por ciento, como pretenden los líderes cañeros y los legisladores, “crearía un problema de tesorería”, advirtió el presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA), Juan Cortina Gallardo.
Desmintió que los empresarios pretendan obtener un subsidio de 2 mil millones de pesos –como han sostenido los líderes cañeros– para exportar 500 mil toneladas de excedentes de azúcar. “Se piden esos recursos porque muy probablemente para la zafra 2007-2008 los precios del mercado de Estados Unidos determinarán la oferta mexicana, y se ha calculado que se requerirá al menos esa cantidad para poder cumplir a los cañeros con el precio actual, porque la industria no podría cubrirlo”, explicó.
No demandamos subsidio; los 2 mil millones son para pagar a los cañeros la producción de la zafra 2007-2008. “No son para los industriales ni para los ingenios. El sector que representamos no se conduce con base en abusos ni cimienta su rentabilidad en mezquindades, quitando a los cañeros parte de sus utilidades”, afirmó.
El también presidente del Consejo del Grupo Azucarero México responsabilizó a la Secretaría de Economía de la sobreoferta del endulzante, la cual –afirma– se debe a la aprobación de cupos de importación por 250 mil toneladas, a pesar de que los industriales habían garantizado el abasto nacional. Esas adquisiones, más la reducción de los aranceles y la falta de acciones para frenar el contrabando del producto, propiciaron que los ingenios no pudieran colocar en el mercado 500 mil toneladas, a pesar de que el consumo nacional no había declinado.
En 2006, las ventas de azúcar fueron de 5 millones 30 mil toneladas, y en este año sólo se colocaron 4 millones 587 mil, mientras que la producción de la zafra 2006-2007 fue de 5.3 millones de toneladas. De esta manera, los industriales nos topamos con “excedentes sorpresa, porque las ventas de los ingenios se habían reducido, además de que, por los cupos de importación, el precio del azúcar cayó 20 por ciento, lo cual ha mermado la economía de los ingenios”, dijo en conferencia de prensa.
Recomendó al gobierno combatir la triangulación del azúcar de otros países a la región del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y en ese acuerdo, buscar que Estados Unidos elimine el programa de rexportación del edulzante, evite las exportaciones a México de inventarios bloqueados en su territorio, realice cabildeos para que el socio comercial del norte recurra al país para abastecer sus necesidades de consumo y que en el mercado interno se mantenga la cuota de 720 mil toneladas anuales de alta fructosa.
En tanto, los dirigentes de los cañeros de las confederaciones Nacional Campesina (CNC) y Nacional de Propietarios Rurales insistieron en que corresponde al gobierno publicar en el Diario Oficial de la Federación el precio de la caña de azúcar, y mantuvieron su postura de exigir un ajuste de 8.25 por ciento al precio de la caña. “Deben darnos lo que la ley establece”, sostuvo Lázaro Arias, secretario de finanzas de la Unión Nacional de Cañeros, de la CNC.
Cada día que pasa aumenta el riesgo de que más caña se quede en los campos, advirtió Cortina Gallardo, pero aseguró que eso no derivará en falta de abasto de azúcar ni pretexto para incrementar en este momento el precio del producto. Hay un millón de toneladas disponibles para el consumo nacional; es momento de “establecer reglas claras e iniciar el programa de producción de etanol. Por eso los industriales hemos propuesto que los ingenios que no cumplan con el programa de exportaciones paguen un impuesto por no cumplir con ese requisito”.
Insistió en que la apertura del mercado nacional a partir de 2008 –por la eliminación de aranceles para la importación de azúcar– obliga a industria, obreros, cañeros y al gobierno a ser mejores productiva y comercialmente, o se corre el riesgo de desaparecer; por eso hay que cambiar las condiciones competitivas, considerando modificaciones en los costos de producción y modernización de las políticas comerciales. “La falta de igualdad en la definición del precio del azúcar puede ser causa de desbalances y desequilibrios que pondrían en riesgo a la industria. Tratar de fijar el precio sin considerar las nuevas condiciones del mercado es inadecuado”.
Los industriales, afirmó el presidente de la CNIAA, no ven como enemigos a los productores. “Son nuestros principales socios”, ya que del valor comercial del azúcar base estándar les corresponde 57 por ciento, cualquiera que sea su destino”. Así, los convocó a empezar la zafra, ya que después de más de cuatro semanas de paro, “estamos poniendo en riesgo la producción”.
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