El documento, fechado 5 de mayo de 1961 –tres semanas después del desastroso resultado de la llamada Operación Zapata, mejor conocida como Bahía de Cochinos realizada entre el 16 y 19 de abril de ese mismo año– detalla la toma de decisiones, la elaboración de las estrategias y la aplicación de las operaciones paramilitares, y fue redactado por el coronel J. Hawkins, de los marines, quien era jefe de la Sección Paramilitar de la División de Hemisferio Occidental de Servicios Clandestinos de la CIA.
La operación paramilitar nació en torno a inteligencia sobre la resistencia “sustancial” al régimen de Fidel Castro y la existencia de una organización clandestina tanto en La Habana como en las provincias, y explica que ante la incapacidad de esta oposición y frente la decisión de Castro de destruir “el movimiento guerrillero”, se inició esta operación en noviembre de 1960 para organizar una fuerza de ataque, cuya parte paramilitar fue dividida en operaciones de aire y mar.
Hawkins detalla que la fuerza de trabajo encargada de las operaciones paramilitares contra el gobierno de Castro dentro de la CIA, consistía de personal para planear y supervisar actividades de “inteligencia, contra-inteligencia, propaganda, política, logística y paramilitares”.
Describe las principales actividades “de campo” para la operación, incluyendo una base en Miami, Florida, con un centro de comunicaciones satelitales para mantener comunicación entre la jefatura y sedes en los cayos de Florida, donde se realizaban operaciones de barcos hacia Cuba; en una abandonada base aérea naval en Florida empleada para almacenar armas y municiones y desde donde operaban vuelos negros (clandestinos) para enviar reclutas cubanos a Guatemala; un base de capacitación de infantería y una base aérea en el suroeste de Guatemala; una base aérea en Puerto Cabezas, Nicaragua; el uso de la base de la fuerza aérea estadunidense Eglin, como también la base de municiones navales en Nueva Orleáns y, finalmente, una base de capacitación naval en Vieques, Puerto Rico.
Hawkins critica la falta de coordinación y el lento proceso de toma de decisiones de algo llamado Grupo Especial, encargado de revisar las operaciones clandestinas de Estados Unidos en todo el mundo. Sin embargo, al llegar Kennedy a la Casa Blanca (la operación se inició a finales del gobierno de Dwight Eisenhower), Hawkins informa que cuestiones de política relacionadas con el proyecto Cuba son consideradas “directamente por el propio presidente”, en reuniones que normalmente incluían, entre otros, a los secretarios de Estado, de Defensa, el jefe del estado mayor, el director de la CIA y el asesor de seguridad nacional del presidente.
Ante la derrota, el coronel Hawkins ofrece una serie de conclusiones y recomendaciones para la planeación a futuro de este tipo de operaciones. Sobre todo, afirma que las restricciones políticas impuestas a medidas militares pueden causar el fracaso de estos esfuerzos con “un resultado final de avergonzamiento político junto con el fracaso militar y pérdida de prestigio en el mundo”.
Recomendó que no se deberían realizar más operaciones encubiertas para derrocar a Castro, a menos que fueran acompañadas de una invasión militar estadunidense.
Aunque el documento fue desclasificado y dado a conocer por primera vez por iniciativa de la organización National Security Archive en 1998, la CIA incluyó el documento en una nueva pila de desclasificados en julio de 2007. El documento completo se puede consultar en:
www.gwu.edu/~nsarchiv/news/19980604.htm y/o www.fas.org/irp/cia/product/cuba.pdf
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