Nicaragua volvera a ser sandinista
Joseba Alvarez
Gara
Ante las elecciones a celebrarse hoy en la república de Nicaragua, gran parte de la ciudadanía vasca ha seguido con expectación las campañas de los diferentes partidos y candidatos, quienes tratan de defender los dos principales postulados antagónicos que dirigirán en el futuro los destinos del país centroamericano, el neoliberalismo y el sandinismo.A pesar del fatídico 1990, cuando el FSLN perdió las elecciones generales dando paso a 16 años de gobiernos liberales, los vascos y las vascas hemos estado presentes en esa tierra de volcanes, apoyando a esa población que fue la auténtica perdedora. Todos los logros que se dieron con la revolución se han ido desvaneciendo, ya que las políticas de los diferentes gobiernos se arrodillaron ante los EEUU, FMI y Banco Mundial, condenando a Nicaragua a una pobreza parecida o peor que la de los tiempos de Somoza. Fue también a partir de 1990, siendo el Frente Sandinista la auténtica vanguardia del poder popular, cuando se fueron reorganizando las bases para defender todas las conquistas revolucionarias. Así, la mayoría de la gente que trabajaba en las diferentes estructuras del Estado, así como la que estaba enrolada en las organizaciones populares, se fue reorganizando de forma no gubernamental para seguir trabajando en proyectos de gran repercusión social.
Ante la situación de abandono que vive la mayoría del pueblo en Nicaragua, el Frente Sandinista es la única alternativa. A pesar de los conocidos errores, ha sido la única fuerza capaz de hacer frente a la oligarquía nicaragüense y a la injerencia de EEUU, recibiendo el apoyo de todas las fuerzas progresistas de América Latina. Gracias a ello, el Frente ha creado auténticas alternativas de poder basadas en el trabajo diario de las alcaldías donde son mayoría, ha estado al frente de la alfabetización, potenciando programas alternativos con los más pobres, con la infancia, con la mujer, el campesi- nado, programas de alimentación y salud...
Nos puede parecer rara, vista desde Euskal Herria, toda esa política de alianzas que está promoviendo el Frente Sandinista, pero no debemos tener dudar de que en estos momentos en que la injerencia capitalista mundial y la imperialista de los EEUU han sumido a Nicaragua en los puestos más altos de la tabla mundial de la pobreza, la única posibilidad real de salir adelante es esa amplia política de alianzas de carácter nacional. La alianza nacional de todos los sectores influyentes, la Iglesia, la empresa, la banca, el movimiento social, el campesinado, el mundo indígena... Esa es la única alianza, seguramente contradictoria en aspectos importantes aunque no esen- ciales, que puede traer el cambio a Nicaragua, siempre y cuando mantenga su independencia. No debemos olvidar que esa misma alianza ya se produjo gracias al triunfo de la Revolución Popular Sandinista, experiencia truncada por los intereses particulares de los vecinos del norte y que condujo a una guerra de diez años.
Por otro lado, el FSLN es uno de los promotores de otra gran alianza, el ALBA, la gran alianza de los pueblos latinos e indígenas de América y el Caribe, que pretende devolver la dignidad a todas sus gentes y pueblos. El Frente es el único garante de que el ALBA auténtica alternativa al ALCA promovido por EEUU se pueda implantar en Nicaragua con todos los beneficios que conlleva, además de unir a Nicaragua con el resto de los proyectos de la izquierda en el continente.
Gracias al ALBA, el Frente está llevando a cabo el programa de alfabetización «Yo sí puedo» con el resultado de que miles de personas hoy en día saben leer y escribir, requisitos esenciales para hacer frente a tanto engaño promovido por el neoliberalismo. Los médicos cubanos siguen trabajando en Nicaragua en proyectos de prevención, atención a la infancia, la mujer y la familia, operaciones en la vista gran problema en Latinoamérica y decenas de programas de sanidad. Con el ALBA, el petróleo es más barato en Nicaragua. El Frente, en un convenio sin precedentes, ha logrado gracias al trabajo cooperativo de las alcaldías donde gobierna, que Venezuela exporte combustible barato a Nicaragua, merced a lo cual será posible que miles de trabajadores del mundo del transporte tengan un salario más digno y que la población en general se beneficie con el abaratamiento de los portes, transporte público y de los granos básicos arroz, maíz y frijol, únicos sustentos alimentarios de la mayoría de las familias nicaragüenses.
Si con este recorrido el Frente Sandinista ha demostrado seguir trabajando por el pueblo, es natural y políticamente entendible tener confianza en el Frente. Como ellos dicen, Nicaragua es un pueblo sencillo pero orgulloso de ser libre y un pueblo así necesita de un programa de gobierno capaz de construir su futuro en paz, con justicia y solidaridad, donde la reconciliación sea garante de vida y porvenir, y donde el progreso sea integrante, paritario y unitario.
Después de tantos años donde miles de nicaragüenses, fieles a los principios revolucionarios y sin perder un ápice de esperanza, han seguido luchando, nos encontramos ante unas elecciones abiertas, con cuatro candidaturas importantes, repartidas entre sandinistas y liberales: el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), el MRS (Movimiento de Renovación Sandinista), la ALN (Alianza Liberal Nicaragüense) y el PLC (Partido Liberal Constitucionalista). Las últimas encuestas colocan al Frente en cabeza con más de un 30% del electorado, dato que pone nervioso a EEUU, que quiere evitar como sea que el Frente gane las elecciones. El favorito de EEUU es la ALN, a la que las encuestas colocan en segundo lugar por delante de los otros liberales del PLC y del MRS.
Como bien señaló en las Jornadas Internacionales de Batasuna “Ezkerra Europan” el diputado del MAS de Bolivia Feliciano Begamontes el pasado mes de junio, no es lo mismo ganar las elecciones que conquistar el poder. Todo indica que el Frente, gracias a esa amplia alianza nacional, puede estar a las puertas de ganar las elecciones. Si sucede así, todos y todas los que aspiramos a ese otro mundo posible, el socialista, recibiremos la noticia con alegría a lo largo y ancho del planeta. Después llegará el momento de conquistar el poder y hacer otra política, algo mucho más complicado en una alianza de esas características, pero los y las sandinistas saben que pueden contar con la Izquierda Abertzale y con la mayoría de Euskal Herria para ello. Ese es el mensaje que la representación de Batasuna trasladará al Frente Sandinista hoy en Managua. -
(*) Joseba Alvarez es responsable del Area Internacional de Batasuna
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