sábado, marzo 31

CARTA DE FAUSTO CANTÚ PEÑA A DOMINGO MUGUIRA REVUELTA

Domingo Muguira Revuelta, donde quiera que estés.
Ha caído en mis manos un escrito de reciente aparición (2006) tan lujosamente editado como insustancial, en el que tus amanuenses hablan de logros cercanos a la beatificación empresarial y adelantan justificaciones en torno a la fama pública que te precede como una persona desaseada en sus negocios.
En el documento de marras, abundan las mentiras, citas mañosas, oídas, infamias a terceros, algunos ya difuntos; refiere datos falsos, imprecisiones cronológicas y descontextualizaciones artificiosas, todo para apuntalar tu ego de gachupín.
Como el que calla otorga, no debes quedar impune y por lo mismo considero necesario ubicarte en el sitio que mereces.
Entraste a la cárcel por haberte coludido con Daniel Morales y cohechado a Hilario Hernández –empleado del Instituto Mexicano del Café (Inmecafé) desde antes que yo fuera Director– para traficar en tu favor con los permisos de exportación; saliste de ella por haber declarado falsedades en mi contra, comprando la “justicia”, al igual que tus cómplices.
Los Zardain, Regules, Martínez, Rubén Darío, Audelo, Rebolledo y los demás miembros del Club de Barones del café a quienes combatí y vencí a favor de los pequeños productores, siempre te consideraron desde un pelagatos hasta un empleado desleal quien tuvo su oportunidad de oro merced a la apertura que hizo el Inmecafé a la libre competencia y concurrencia en el sector, bajo la rectoría del Estado.
Consolidaste la prosperidad que presumes vendiéndole tus activos al Inmecafé y asociándote con Antonio Juan Marcos –Ex Subdirector de Industrialización de Inmecafé y Ex Director de Fonapas– quien te facilitó los estudios del descafeinado y soluble, los cuales se realizaron en mi gestión.
Por mi parte jamás pervertí los altos fines institucionales ni tuve tratos ilícitos o negocios con cafetalero alguno pues lo consideré incompatible con mi cargo; tampoco fui procesado por lo que tus escribanos dicen a efecto de cubrir tus fechorías.
La verdad histórica de los hechos que ocurrieron ha varias décadas se encuentra consignada en “Fausto Cantú Peña, Café para Todos”, Alberto Carbot, 1988, Editorial Grijalbo; donde queda claro la persecución política de que fui objeto al afectar poderosos intereses y lograr soberanía económica para la nación en la materia, así como los mejores ingresos que hayan conseguido la mayoría de los productores del aromático.
A mayor abundamiento. ¡Qué sabías tú (y veo que lo sigues ignorando) de política cafetalera y de las negociaciones que conduje como Director del Inmecafé y Presidente de la Oficina Panamericana (Nueva York), del Grupo Ginebra (Suiza) y del Consejo Internacional (Londres)! ¡De Pérez Guerrero y el Jeque Yamanni en la OPEP o de Lucio Cabañas en Atoyac!
¡Qué sabes del Departamento de Estado de los EE.UU. el cual pidió y consiguió mi cabeza!
Finalizo recordándote aquella discusión suscitada en el Reclusorio Norte cuando expresaste que en esas condiciones de prisioneros éramos iguales y yo te contesté: de ninguna manera lo somos, pues tú eres un delincuente y yo un preso político.
Por consiguiente, con esta misiva emprendo las acciones pertinentes.
Fausto Cantú Peña
Coyoacán, D.F., Marzo de 2007
P.D. Por cierto, tus escribientes no hacen referencia al sucio expediente que tienes en la Lotería Nacional.

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