"Católicas por el derecho a decidir" ha publicado en La Jornada tres magníficos desplegados que han despertado el interés por esta asociación que forma parte de un movimiento que ha llegado a 15 estados de la República, por medio de la Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir. María Consuelo Mejía, su incansable directora, trabaja ahora más que nunca y asiste a foros sobre la despenalización del aborto que se discute en este momento en esta ciudad.
-¿Cómo ves este debate en torno a las iniciativas que se discuten en la Asamblea Legislativa?
-Ha sido muy intenso y en él han participado muchos líderes de opinión y sectores que antes no se pronunciaban sobre el tema, que han aportado puntos de vista y argumentos nuevos. Si haces una revisión de los artículos de prensa y comentarios en radio y televisión podemos decir que 90 por ciento de los articulistas y comentaristas apoya el derecho de las mujeres a la interrupción de un embarazo que no desean y está de acuerdo con la despenalización del aborto. Es interesante ver que muchos hombres han escrito a favor de la despenalización, cosa que me llama mucho la atención.
No esperábamos tantos insultos
"Por otra parte, aunque sabíamos que quienes se oponen a esta práctica se manifestarían de diversas formas, no esperábamos que fueran a recurrir a las agresiones, las advertencias y los insultos de esta manera; los calificativos denigrantes que han usado e incluso la amenaza de que correrá sangre y que se cuiden los médicos y las enfermeras que lo van a practicar. Sinceramente, esas descalificaciones van más allá de los límites de un debate respetuoso y tolerante, como corresponde en una sociedad como la nuestra.
"Parece mentira que quienes están llamándose defensores de la vida y de los valores estén recurriendo a estos métodos que incluyen intervenciones en sus páginas web e insultos a los celulares y teléfonos privados de los diputados y diputadas que discuten las iniciativas".
-Sin embargo, parece que la sociedad mexicana había avanzado con la Ley de Sociedades de Convivencia.
-Sí, creo que ese avance de la sociedad de la ciudad de México se ha reafirmado en este debate. Además de las posiciones mayoritariamente favorables de los medios de comunicación, hemos leído resultados de encuestas que demuestran el apoyo decidido de quienes habitan esta ciudad a la despenalización del aborto. Por ejemplo, la de María de las Heras dice que el 72 por ciento de las mujeres del DF está de acuerdo con esta iniciativa de ley.
La moral sexual
"Las expresiones agresivas han venido solamente de la minoría conservadora, lamentablemente para nosotras, promovidas por la jerarquía de nuestra Iglesia y sus voceros. Nosotras pensamos que esto obedece esencialmente a una sensación de impotencia al constatar que los feligreses no siguen las enseñanzas morales de la Iglesia institucional. Desde que surgimos como Católicas por el Derecho a Decidir hemos planteado que hay una distancia inmensa entre las opiniones y las prácticas de la grey católica relacionadas con la moral sexual y las enseñanzas oficiales de esta religión. Y lo habíamos comprobado por medio de las estadísticas de uso de métodos anticonceptivos, incluyendo condones, relaciones sexuales fuera del matrimonio e incluso la práctica del aborto en todos los países de mayoría católica. Estos datos de alguna manera eran indirectos, pues lo que hacíamos era cruzar esta información con los porcentajes de población católica. Pero entre 2003 y 2005 nos lanzamos a encargar encuestas especializadas en Bolivia, Brasil, Colombia y México, en colaboración con nuestras colegas en esos países, y pudimos corroborar estas ideas directamente. Podemos decir que en los cuatro países, un promedio de 60 por ciento de la población católica está de acuerdo con que las mujeres tienen el derecho a interrumpir un embarazo ante determinadas circunstancias; alrededor de 80 por ciento reafirma este acuerdo cuando la vida de la mujer está en peligro, y entre 60 y 65 por ciento cuando la mujer padece sida, cuando hay malformaciones genéticas graves o cuando el embarazo es producto de una violación.
"Es interesante también el dato de que 80 por ciento de la población católica de estos cuatro países cree que la Iglesia católica no debe expulsar a una mujer que aborta.
"También se preguntó acerca de la influencia de las iglesias en políticas públicas y se encontró que en México 80 por ciento de su población católica opina que no debe permitirse que las creencias religiosas influyan en el diseño de las políticas públicas del gobierno mexicano y 93 por ciento considera que los credos religiosos de diputadas y diputados no deben influir en su función pública. Hay una clara vocación laica en este país y un clamor porque se preserve la separación entre iglesias y el Estado.
"A nosotras nos entristece que ante el evidente fracaso de sus enseñanzas morales, la jerarquía conservadora de nuestra Iglesia siga intentando imponer su concepción de la moral sexual en las políticas públicas, como una medida para lograr que su propia feligresía siga estas enseñanzas.
"Y lo más grave es que algunas de estas enseñanzas no toman en cuenta las evidencias científicas y afectan la salud de las personas; tal es el caso de la oposición al uso de condones, la anticoncepción moderna, la educación sexual en las escuelas y el aborto".
Las mujeres que abortan
El aborto inducido en México sigue siendo una práctica ilegal y clandestina, por lo que no se puede hablar de cifras confiables. Los datos que dio el Conapo hablan de 110 mil abortos al año, entre inducidos y espontáneos que llegan a los hospitales. De acuerdo con las cifras oficiales se estima que mueren alrededor de 100 mujeres al año como consecuencia de legrados insalubres; el aborto inseguro constituye la quinta causa de muerte materna a escala nacional y la tercera en el DF.
"Para nosotras esta cifra es escandalosa, pues ni una sola mujer debería morir por esta causa. Además, las mujeres que mueren son las más pobres, pues las que tienen recursos pueden practicarse un aborto en los mejores hospitales o viajar a otro país a conseguirlo. Por eso consideramos que es un problema de justicia social, de salud pública, pues las mujeres que llegan a los hospitales con problemas derivados de abortos practicados en condiciones de inseguridad distraen recursos que podrían ser dedicados a otros aspectos de la salud. Otras estimaciones de institutos especializados hablan de entre 500 mil y 850 mil abortos al año".
-Entonces, ¿cuáles son los beneficios de las iniciativas que se discuten en este momento en la Asamblea Legislativa?
-El beneficio más importante es que facilita las condiciones para que las mujeres sin recursos puedan acceder a servicios de aborto seguros. En general mejora las condiciones para el acceso a estos servicios de todas, pero el beneficio mayor es para las pobres. Por otra parte, al introducir las reformas que permitirían el aborto a voluntad de la mujer hasta las 12 semanas de gestación, los diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa están cumpliendo con su deber de adecuar las leyes a la realidad y las necesidades de las personas, en este caso de las mujeres más pobres del Distrito Federal; están respondiendo a las recomendaciones de instancias internacionales como la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres, y de las conferencias de El Cairo y Pekín; están siendo congruentes con los compromisos adquiridos por el gobierno mexicano en instancias internacionales, de atender los problemas derivados de los abortos inseguros y de revisar las leyes que penalizan a las mujeres que abortan.
Diferencia entre embrión de 12 semanas y recién nacidos
-La eterna discusión, ¿en qué momento entra la vida en el feto? Hay gente que se indigna por la no vida de un feto y no lo hace por el niño que muere de hambre.
-Tienes razón, esta es la eterna discusión. Hasta ahora no ha habido respuestas definitivas de parte las instancias competentes a escala mundial. Para nosotras es claro que hay vida en toda célula humana, pero que no podemos comparar un embrión de 12 semanas con un recién nacido. Pensamos que en la decisión de un aborto, las mujeres le confieren valor al feto, pero ponen en consideración todos los pros y los contras de continuar con un embarazo o de interrumpirlo. Toman esta decisión responsablemente y lo hacen de acuerdo con los dictados de su conciencia después de un difícil dilema ético y como último recurso. Mientras se define en qué momento del desarrollo embrionario se puede hablar de una persona, las mujeres se siguen muriendo por abortos practicados en condiciones insalubres porque cuando se enfrentan a un embarazo no deseado abortan inclusive a costa de su propia vida. Lo ideal sería que las mujeres no tuvieran que recurrir al aborto, pero desafortunadamente no existen las condiciones necesarias para lograr la utopía de que todos los embarazos sean deseados.
Hasta que eso sea posible, las mujeres tienen el derecho humano fundamental de decidir sobre su maternidad y para ello es necesario que puedan decidir cuándo tener un hijo y cuándo no.
-¿Cómo ves este debate en torno a las iniciativas que se discuten en la Asamblea Legislativa?
-Ha sido muy intenso y en él han participado muchos líderes de opinión y sectores que antes no se pronunciaban sobre el tema, que han aportado puntos de vista y argumentos nuevos. Si haces una revisión de los artículos de prensa y comentarios en radio y televisión podemos decir que 90 por ciento de los articulistas y comentaristas apoya el derecho de las mujeres a la interrupción de un embarazo que no desean y está de acuerdo con la despenalización del aborto. Es interesante ver que muchos hombres han escrito a favor de la despenalización, cosa que me llama mucho la atención.
No esperábamos tantos insultos
"Por otra parte, aunque sabíamos que quienes se oponen a esta práctica se manifestarían de diversas formas, no esperábamos que fueran a recurrir a las agresiones, las advertencias y los insultos de esta manera; los calificativos denigrantes que han usado e incluso la amenaza de que correrá sangre y que se cuiden los médicos y las enfermeras que lo van a practicar. Sinceramente, esas descalificaciones van más allá de los límites de un debate respetuoso y tolerante, como corresponde en una sociedad como la nuestra.
"Parece mentira que quienes están llamándose defensores de la vida y de los valores estén recurriendo a estos métodos que incluyen intervenciones en sus páginas web e insultos a los celulares y teléfonos privados de los diputados y diputadas que discuten las iniciativas".
-Sin embargo, parece que la sociedad mexicana había avanzado con la Ley de Sociedades de Convivencia.
-Sí, creo que ese avance de la sociedad de la ciudad de México se ha reafirmado en este debate. Además de las posiciones mayoritariamente favorables de los medios de comunicación, hemos leído resultados de encuestas que demuestran el apoyo decidido de quienes habitan esta ciudad a la despenalización del aborto. Por ejemplo, la de María de las Heras dice que el 72 por ciento de las mujeres del DF está de acuerdo con esta iniciativa de ley.
La moral sexual
"Las expresiones agresivas han venido solamente de la minoría conservadora, lamentablemente para nosotras, promovidas por la jerarquía de nuestra Iglesia y sus voceros. Nosotras pensamos que esto obedece esencialmente a una sensación de impotencia al constatar que los feligreses no siguen las enseñanzas morales de la Iglesia institucional. Desde que surgimos como Católicas por el Derecho a Decidir hemos planteado que hay una distancia inmensa entre las opiniones y las prácticas de la grey católica relacionadas con la moral sexual y las enseñanzas oficiales de esta religión. Y lo habíamos comprobado por medio de las estadísticas de uso de métodos anticonceptivos, incluyendo condones, relaciones sexuales fuera del matrimonio e incluso la práctica del aborto en todos los países de mayoría católica. Estos datos de alguna manera eran indirectos, pues lo que hacíamos era cruzar esta información con los porcentajes de población católica. Pero entre 2003 y 2005 nos lanzamos a encargar encuestas especializadas en Bolivia, Brasil, Colombia y México, en colaboración con nuestras colegas en esos países, y pudimos corroborar estas ideas directamente. Podemos decir que en los cuatro países, un promedio de 60 por ciento de la población católica está de acuerdo con que las mujeres tienen el derecho a interrumpir un embarazo ante determinadas circunstancias; alrededor de 80 por ciento reafirma este acuerdo cuando la vida de la mujer está en peligro, y entre 60 y 65 por ciento cuando la mujer padece sida, cuando hay malformaciones genéticas graves o cuando el embarazo es producto de una violación.
"Es interesante también el dato de que 80 por ciento de la población católica de estos cuatro países cree que la Iglesia católica no debe expulsar a una mujer que aborta.
"También se preguntó acerca de la influencia de las iglesias en políticas públicas y se encontró que en México 80 por ciento de su población católica opina que no debe permitirse que las creencias religiosas influyan en el diseño de las políticas públicas del gobierno mexicano y 93 por ciento considera que los credos religiosos de diputadas y diputados no deben influir en su función pública. Hay una clara vocación laica en este país y un clamor porque se preserve la separación entre iglesias y el Estado.
"A nosotras nos entristece que ante el evidente fracaso de sus enseñanzas morales, la jerarquía conservadora de nuestra Iglesia siga intentando imponer su concepción de la moral sexual en las políticas públicas, como una medida para lograr que su propia feligresía siga estas enseñanzas.
"Y lo más grave es que algunas de estas enseñanzas no toman en cuenta las evidencias científicas y afectan la salud de las personas; tal es el caso de la oposición al uso de condones, la anticoncepción moderna, la educación sexual en las escuelas y el aborto".
Las mujeres que abortan
El aborto inducido en México sigue siendo una práctica ilegal y clandestina, por lo que no se puede hablar de cifras confiables. Los datos que dio el Conapo hablan de 110 mil abortos al año, entre inducidos y espontáneos que llegan a los hospitales. De acuerdo con las cifras oficiales se estima que mueren alrededor de 100 mujeres al año como consecuencia de legrados insalubres; el aborto inseguro constituye la quinta causa de muerte materna a escala nacional y la tercera en el DF.
"Para nosotras esta cifra es escandalosa, pues ni una sola mujer debería morir por esta causa. Además, las mujeres que mueren son las más pobres, pues las que tienen recursos pueden practicarse un aborto en los mejores hospitales o viajar a otro país a conseguirlo. Por eso consideramos que es un problema de justicia social, de salud pública, pues las mujeres que llegan a los hospitales con problemas derivados de abortos practicados en condiciones de inseguridad distraen recursos que podrían ser dedicados a otros aspectos de la salud. Otras estimaciones de institutos especializados hablan de entre 500 mil y 850 mil abortos al año".
-Entonces, ¿cuáles son los beneficios de las iniciativas que se discuten en este momento en la Asamblea Legislativa?
-El beneficio más importante es que facilita las condiciones para que las mujeres sin recursos puedan acceder a servicios de aborto seguros. En general mejora las condiciones para el acceso a estos servicios de todas, pero el beneficio mayor es para las pobres. Por otra parte, al introducir las reformas que permitirían el aborto a voluntad de la mujer hasta las 12 semanas de gestación, los diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa están cumpliendo con su deber de adecuar las leyes a la realidad y las necesidades de las personas, en este caso de las mujeres más pobres del Distrito Federal; están respondiendo a las recomendaciones de instancias internacionales como la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres, y de las conferencias de El Cairo y Pekín; están siendo congruentes con los compromisos adquiridos por el gobierno mexicano en instancias internacionales, de atender los problemas derivados de los abortos inseguros y de revisar las leyes que penalizan a las mujeres que abortan.
Diferencia entre embrión de 12 semanas y recién nacidos
-La eterna discusión, ¿en qué momento entra la vida en el feto? Hay gente que se indigna por la no vida de un feto y no lo hace por el niño que muere de hambre.
-Tienes razón, esta es la eterna discusión. Hasta ahora no ha habido respuestas definitivas de parte las instancias competentes a escala mundial. Para nosotras es claro que hay vida en toda célula humana, pero que no podemos comparar un embrión de 12 semanas con un recién nacido. Pensamos que en la decisión de un aborto, las mujeres le confieren valor al feto, pero ponen en consideración todos los pros y los contras de continuar con un embarazo o de interrumpirlo. Toman esta decisión responsablemente y lo hacen de acuerdo con los dictados de su conciencia después de un difícil dilema ético y como último recurso. Mientras se define en qué momento del desarrollo embrionario se puede hablar de una persona, las mujeres se siguen muriendo por abortos practicados en condiciones insalubres porque cuando se enfrentan a un embarazo no deseado abortan inclusive a costa de su propia vida. Lo ideal sería que las mujeres no tuvieran que recurrir al aborto, pero desafortunadamente no existen las condiciones necesarias para lograr la utopía de que todos los embarazos sean deseados.
Hasta que eso sea posible, las mujeres tienen el derecho humano fundamental de decidir sobre su maternidad y para ello es necesario que puedan decidir cuándo tener un hijo y cuándo no.
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