Autoridades invirtieron 2 mil 60 millones de pesos
El PICI, otro fracasado plan para evitar inundaciones graves
Mediante diversas obras para “controlar inundaciones y rescatar tierras para su aprovechamiento viviendístico, industrial y agropecuario”, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) destinó al estado de Tabasco “cerca de 80 por ciento del presupuesto para la protección de centros de población a escala nacional” en el último trienio.
Los recursos, entregados vía el Proyecto Integral de Control de Inundaciones (PICI), ascendieron a 2 mil 60 millones de pesos, de los cuales casi la tercera parte fue de origen federal y el resto estatal.
El PICI fue creado en el año 2003 “como propuesta de solución a la problemática de las inundaciones sistemáticas, principalmente en la ciudad de Villahermosa, capital del estado de Tabasco”, y la Conagua llegó a pronosticar que cuando el proyecto concluyera, en 2006, se habrían evitado “daños por más de 16 mil millones de pesos”.
Basado en la planeación de tres sistemas hidráulicos, el proyecto buscaba, “ante todo, brindar protección integral contra lluvias extraordinarias y sus efectos en los niveles de los ríos Samaria, Carrizal, La Sierra y Grijalva, confinando las corrientes, conduciendo los excedentes lejos de los centros urbanos para evitar daños a la población y a la actividad productiva, acelerando en lo posible la salida de los escurrimientos hacia el mar y disminuyendo significativamente el riesgo de una inundación catastrófica”.
Todo lo anterior forma parte de las explicaciones que la Conagua ofreció en respuesta a las solicitudes de información sobre el PICI que diversos ciudadanos hicieron de 2005 a marzo de este año al Instituto Federal de Acceso a la Información.
El PICI nació formalmente el 2 de abril de 2003, cuando el entonces gobernador de Tabasco, Manuel Andrade Díaz, y el director general de la Conagua, Cristóbal Jaime Jáquez, suscribieron un acuerdo de coordinación para “conjuntar acciones y recursos” –72 por ciento del gobierno federal y 28 por ciento de autoridades estatales– contra las inundaciones que el estado sufría periódicamente.
“En al menos 8 años (de 1990 a 2002) se habían tenido afectaciones significativas de diversos grados por los desbordamientos de ríos. La última gran inundación, en 1999, afectó prácticamente 60 por ciento de la capital del estado y ocasionó graves daños en 16 de los 17 municipios, resultando cerca de 312 mil personas afectadas en su patrimonio; el daño económico calculado fue superior a 2.5 mil millones de pesos”, refirió la Conagua.
Los tres sistemas hidráulicos que conforman el PICI son el Mezcalapa-Samaria, los ríos Sierra y Carrizal–Medellín, con los cuales se pretendió controlar los escurrimientos excedentes provenientes de la cuenca alta tanto de los ríos serranos como del Grijalva y el Carrizal.
La dependencia detalló que en 2004, cuando apenas había transcurrido un año de iniciado el PICI, ya se tenía un avance de 46 por ciento en las obras, lo cual implicaba haber ejercido 600 millones de pesos del presupuesto original.
Las diversas obras hidráulicas que conformaron el proyecto van de la construcción de bordos de empotramiento y protecciones marginales para los ríos señalados y sus vertientes, a drenes, estructuras de cruce, desazolve de cauces naturales y drenaje.
Según la Conagua, el principal objetivo del PICI fue controlar el escurrimiento de los ríos Carrizal y Grijalva, “para salvaguardar y garantizar protección a la población de la ciudad de Villahermosa y su zona conurbana con el municipio de Nacajuca, su patrimonio e infraestructura existente, así como la zona agrícola y ganadera”. Ese propósito, como es evidente, no se cumplió.
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