Apoyados por empleados del propio partido y gente que fue traída desde los municipios de Naucalpan y Tlanepantla, así como de la delegación Tláhuac, la dirigente del Partido Acción Nacional en el DF (PAN-DF), Mariana Gómez del Campo, realizó una movilización en contra de las manifestaciones en la ciudad.
Tal como propone el PAN-DF en la iniciativa que entregó este lunes a la Asamblea Legisltiva del Distrito Federal (ALDF) para regular las decenas de manifestaciones que se realizan diariamente en la capital del país –la mayoría de las cuales, según el gobierno capitalino, son protestas en contra de distintas dependencias federales– el contingente que partió de la Glorieta de Colón ocupó un solo carril del Paseo de la Reforma.
Para que nadie se saliera de control, un grupo de panistas con altavoz en mano mantuvo acordonado al contingente hasta conducirlo a la sede de la ALDF; en tanto, otro grupo de blanquiazules guiaba la marcha con carteles en rojo para indicar alto y en verde para dar la indicación de avanzar.
A la altura de Versalles y Reforma, un par de mujeres preguntaron a sus compañeros a dónde los recogerían los microbuses para llevarlos de regreso a sus domicilios, recibiendo como respuesta que no tenían claro “si vamos a regresar al monumento a Colón o al de la Revolución”.
Al respecto, tanto la presidenta del PAN-DF como la diputada albiazul Kenia López aseguraron que en la marcha no había acarreados, pero al insistírsele sobre los microbuses a los que hacían referencia algunos de los manifestantes, Gómez del Campo respondió: “sí, efectivamente se dio apoyo y se salió de las oficinas del PAN; hubo quienes se organizaron con su micro adelante. Yo no tengo ningún inconveniente, pero cualquier detalle, con la diputada Kenia”.
Segundos después, Gómez del Campo comenzó a gritar “¡no somos acarreados! ¡no somos acarreados!”, estribillo que a partir de ese momento el contingente repitió infinidad de veces.
Interrogada sobre el asunto de los microbuses, Kenia López respondió: “se pueden dar cuenta que venimos en perfecto orden a exigir un derecho para que se regulen las marchas; ese es el tema de fondo”. Pero al insistirle sobre el tema, en tono molesto dijo: “pregúntenles a ellos”.
Ya en la ALDF, mientras Gómez del Campo ofrecía un discurso en contra de las marchas y señalaba que la manifestación panista había demostrado que “se podía marchar de manera respetuosa y sin afectar a terceros”, en la esquina de Allende y Donceles una mujer pasaba lista a varias de las personas que habían llegado en el contingente que caminó acordonado.
Muy cerca de ahí, una de las manifestantes aseguró que había sido trasladada en microbús desde Santa Mónica, “los micros llegaron por ahí, por Lomas Verdes, pero no sabemos más”.
Con respecto a los microbuses, unos manifestantes aseguraban que se habían quedado por el Monumento a la Revolución, otros decían que cerca del Caballito, mientras que algunos más aseguraban: “vamos a regresar al Monumento a la Madre”.
Sobre el motivo por el cual asistió a la marcha, una mujer de edad avanzada afirmó: “yo vine por la ilusión de que dicen que van a dar una despensa; venimos gente de Patoni y Las Palomas, son colonias que están por el Reclusonio Norte, del lado de Tlanepantla”.
Un poco de números
Según los manifestantes, las personas que asistieron a la marcha panista arribaron en 35 transportes con placas del estado de México, de los cuales 25 eran microbuses pintados de color blanco y 10 más eran autobuses, algunos con la leyenda Colegio México Americano.
El arribo de los microbuses estuvo coordinado por una persona de nombre Javier Cabrera, quien aseguraba a las personas que descendían de esos transportes que los iban a conducir al hotel Fiesta Americana, donde iban a tener un evento, “pero en realidad los estaban llevando a sumarse a la marcha del PAN”, según afirmaron dos policías que se hallaban de guardia en esa zona.
Sobre la manifestación realizada por el PAN-DF para regular las marchas el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, dijo que esta situación es algo que corresponde resolver a los legisladores.
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