La batalla de Gutiérrez Vivó
Álvaro Cepeda Neri
Por lo general las reseñas bibliográficas aparecen en mis notas tituladas Ex Libris (que a veces me publica Contralínea), pero el libro de Alejandro Toledo, La batalla de Gutiérrez Vivó. El acoso foxista a la libertad de expresión, es una reflexión crítica sobre un gravísimo problema: la censura vestida con los harapos de la intolerancia, que impide el ejercicio de las libertades de prensa.
Así que el libro, de 170 páginas, encaja en esta sección, porque trata del abuso del poder gubernamental, ayer foxista y hoy calderonista, con el acoso desde Los Pinos del baterista Max Cortázar quien, escondido, censura a través del manejo de la publicidad, aparentemente descentralizada, pero centralizada y concentrada en Cortázar, César Nava y Juan Camilo Mouriño.
Fox y Mart(h)a Sahagún, en complicidad con Grupo Radio Centro –que preside Francisco Aguirre–, abusaron del poder para cancelar el noticiario Monitor de Radio Red, que por tres décadas dirigió José Gutiérrez Vivó. La historia es la narración de una venganza autocrática presidencial, coludida con los poderes Legislativo y Judicial. La cónyuge, como en toda la corrupción (sin exculpar a Fox), envenenó al expresidente para organizar la campaña contra Gutiérrez Vivó, presionando a los órganos judiciales y apoyando a Radio Centro para que, hasta hoy, omitiera el pago por 21 millones de dólares que le adeuda.
El autor ofrece un panorama completo de lo que fue (como cuando Luis Echeverría arremetió contra Excélsior, entonces encabezado por Julio Scherer) el mayor golpe de censura que pisoteó impunemente los artículos 5, 6 y 7 de la Constitución Política. El libro está vertebrado por una entrevista de Alejandro Toledo a Gutiérrez Vivó; fragmentos de otra entrevista realizada por Carmen Aristegui, y cinco columnas de análisis acerca del problema: de Ricardo Alemán, Jorge Medina Viedas, Orlando Delgado Selley, Raúl Trejo Delarbre y Miguel Ángel Granados Chapa. Lo prologó Ricardo Rocha. Este texto nos da información crítica de un problema que no ha sido solucionado, porque el virus de la complicidad sigue en los órganos judiciales y en el propio Felipe Calderón, para mantener el cerco político y económico a lo que representa Gutiérrez Vivó.
A Fox siempre le molestó Monitor. Por eso, exigió a los empresarios no anunciarse con Gutiérrez Vivó. Ellos obedecieron. Cesó la publicidad gubernamental. La versión de quien sufrió la embestida foxista es bastante objetiva e imparcial... y el carpetazo de la actual administración federal. Felipe, ya como presidente, envió un recado a Gutiérrez Vivó para informarle “que Monitor estaba castigado y que, dependiendo de su conducta, el presidente Calderón lo recibiría (o no) para negociar un arreglo”.
El libro documenta cómo la censura e intolerancia foxista superó al viejo régimen priista. Pues el golpe a Monitor no tiene para cuando terminar, por la protección que recibe Grupo Radio Centro del calderonismo y del mismo poder Judicial, donde la ministra (que deberían ser sometida a juicio político) Olga Sánchez Cordero confesó sus intereses creados con la familia Aguirre y aún así participó en la resolución de la Suprema Corte contra Monitor, mismo que había ganado un laudo internacional de arbitraje.
La batalla de Gutiérrez Vivó es otra de las pruebas contra Fox y su esposa Mart(h)a, capaces de victimar a la honradez con la corrupción y pisotear las libertades de prensa.
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